A veces los triunfadores no son aquellos a los que todo el mundo
aplaude y reconoce. No son los que construyeron grandes obras, dejaron
constancia de su liderazgo o viajaron, en primera clase.
A veces los triunfadores no son los administradores geniales, ni los
visionarios del futuro, o los grandes emprendedores. Por ello, tal vez
no los reconoceríamos en medio de tanto pensador, filósofo o tecnólogo,
que supuestamente conducen a este mundo por la senda del progreso.
A veces el triunfador no es el negociador internacional, o el hacedor
de empresas de clase mundial o el deslumbrante estadista que asiste a
reuniones cumbre. No es el que se afana por exportar mucho, sino el que
todavía se importa a sí mismo.
Porque el triunfador puede ser también el
que calladamente lucha por la justicia, aunque no sea un gran orador o
un brillante diplomático.
El triunfador puede ser igualmente el que venció la ambición desmedida y no fue seducido por la vanidad o el poder.
Es triunfador el que no obstante que no viajó mucho al extranjero,
con frecuencia hizo travesías hacia el interior de sí mismo para
dimensionar las posibilidades de su corazón. Es el que quizás nunca alzó
soberbio su mano en el podium de los vencedores, pero triunfó
calladamente en su familia y con sus amigos y los cercanos a su alma.
Es, quizá, el que nunca apareció en las páginas de los periódicos,
pero sí en el diario de Dios; el que no recibió reconocimientos, pero
siempre obtuvo el de los suyos; el que nunca escribió libros, pero sí
cartas de amor a sus hijos y el que pensó en redimir a su país a través
de la asfixiante aventura de su trabajo común y rutinario y aquel que
prefirió la sombra, porque, finalmente, es tan importante como la luz.
A veces el triunfador no es el que tiene una esplendorosa oficina, ni
una secretaria ejecutiva, ni posee tres maestrías; no hace planeación
estratégica ni elabora reportes o evalúa proyectos, pero su vida tiene
un sentido, hace planes con su familia, tiene tiempo para sus hijos y
encuentra fascinante disfrutar de la hermosa danza de la vida.
A veces el triunfador no es el pasa a la historia, sino el que hace
posible la historia; el que encuentra gratificante convencer y no sólo
vencer y el que de una manera apacible y decidida lucha por hacer de
este mundo un mejor lugar para vivir. Es el que sabe que aunque sólo
vivirá una vez, si lo hace con maestría, con una vez le bastará.
A veces el triunfador no tiene que ser el que construyó grandes
andamiajes y estructuras administrativas, pero supo cómo construir un
hogar; no es el que tiene un celular, pero platica con sus hijos, no
tiene correo electrónico, pero conoce y saluda a sus vecinos, no ha ido
al espacio exterior, pero es capaz de ir hacia su espacio interior y sin
haber realizado grandes obras arquitectónicas, supo construirse a sí
mismo y fue, como dice el poeta, el cómplice de su
propio destino.
A veces el triunfador suele ser Teresa de Calcuta, o Francisco de
Asís o Nelson Mandela, o tal vez la enfermera callada, el obrero
sencillo y el campesino olvidado, porque como personas triunfaron sobre
la apatía o el desencanto y con su esfuerzo cotidiano establecieron la
diferencia.
A veces el triunfador puede ser el carpintero pobre de un lugar
ignorado, o una mujer sencilla de pueblo o un niño humilde que nació en
un pesebre, porque no había para él lugar en la posada...
Autor: Rubén Núñez
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viernes, 11 de enero de 2013
lunes, 10 de septiembre de 2012
De nuevo, sobre el pecado
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Hace falta, tener valor para llamar las cosas por su nombre y para reconocer la propia falta.
No resulta fácil hablar del pecado. Primero, porque personalmente a nadie le gusta encararse con esta realidad. Segundo, porque provoca extrañeza tocar el argumento en ambientes donde el pecado es visto como un residuo de culturas ya superadas.
Nos cuesta, sí, en lo personal, hablar del pecado. Si hemos fallado a una promesa, si el egoísmo nos encerró en un capricho deshonesto, si dejamos abandonado al necesitado, con facilidad inventamos excusas que "borren" nuestro pecado.
"Estaba cansado... No era para tanto... En el mundo en el que vivimos no podemos ser perfectos... No siempre tengo que ser yo quien tienda una mano... Me encontraba en un momento muy tenso y me permití aquello como desahogo..."
Pero las muchas excusas que pasan por la cabeza no son suficientes para eliminar esa voz interior que nos susurra, respetuosamente, que hemos actuado mal, que hemos pecado.
Hace falta, en lo personal, tener valor para llamar las cosas por su nombre y para reconocer la propia falta. Sólo desde una actitud de sinceridad y desde la grandeza de alma podremos decir, sin excusas falsas: he pecado, he fallado ante Dios y ante mis hermanos.
Palpamos, además, que en muchos ambientes la gente ha cerrado los ojos y el corazón ante la idea del pecado. Psicólogos y sociólogos, filósofos y pensadores, literatos y personas “de la calle”, rechazan cualquier idea de pecado como obsoleta o incluso dañina.
Por eso explican las acciones ajenas (además de las propias) desde teorías más o menos articuladas. Algunos explican todo lo que hacemos o dejamos de hacer con la educación recibida en casa, en la escuela o en el grupo. Otros ven como origen de nuestros actos las fuerzas interiores de la propia psicología. Otros simplemente niegan la libertad y consideran que cada comportamiento humano está controlado por el destino, por las neuronas o por férreas "leyes de la naturaleza".
En esas perspectivas, no es posible negar que existen actos que causan rechazo y que son condenados. Pero incluso la condena queda explicada simplemente por el disgusto que esos actos provocan en algunos, sin que haya que calificarlos con una palabra, "pecado", que consideran fuera de lugar en un mundo moderno y maduro.
Las negaciones de uno mismo o de otros no pueden suprimir la realidad profunda del pecado, de ese acto que realizamos, con un conocimiento claro y con una aceptación plena, contra el amor. Porque en el fondo del pecado hay, como ya explicaba san Agustín, un rechazo a Dios y una opción extraña y egoísta por uno mismo. Es decir, el pecado nos aparta del núcleo más hermoso de toda existencia humana, porque nos impide amar a Dios y entregarnos sanamente a los hermanos.
Hace falta tener valor para recordar lo que es el pecado. Sólo entonces comprenderemos por qué Cristo vino al mundo y por qué murió en un Calvario. Manifestó, de esa manera, lo grave que es el pecado, al mismo tiempo que reveló esa verdad que da sentido a toda la existencia humana: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él" (Jn 3,16-17).
Cuando reconocemos, sencilla y honestamente, que hemos pecado, estamos listos para dar los siguientes pasos: pedir perdón, acoger la misericordia en el sacramento de la confesión, reparar el daño cometido, y empezar a vivir llenos de gratitud desde el abrazo que nos llega de un Dios cercano y misericordioso. Sigue leyendo
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Hace falta, tener valor para llamar las cosas por su nombre y para reconocer la propia falta.
No resulta fácil hablar del pecado. Primero, porque personalmente a nadie le gusta encararse con esta realidad. Segundo, porque provoca extrañeza tocar el argumento en ambientes donde el pecado es visto como un residuo de culturas ya superadas.
Nos cuesta, sí, en lo personal, hablar del pecado. Si hemos fallado a una promesa, si el egoísmo nos encerró en un capricho deshonesto, si dejamos abandonado al necesitado, con facilidad inventamos excusas que "borren" nuestro pecado.
"Estaba cansado... No era para tanto... En el mundo en el que vivimos no podemos ser perfectos... No siempre tengo que ser yo quien tienda una mano... Me encontraba en un momento muy tenso y me permití aquello como desahogo..."
Pero las muchas excusas que pasan por la cabeza no son suficientes para eliminar esa voz interior que nos susurra, respetuosamente, que hemos actuado mal, que hemos pecado.
Hace falta, en lo personal, tener valor para llamar las cosas por su nombre y para reconocer la propia falta. Sólo desde una actitud de sinceridad y desde la grandeza de alma podremos decir, sin excusas falsas: he pecado, he fallado ante Dios y ante mis hermanos.
Palpamos, además, que en muchos ambientes la gente ha cerrado los ojos y el corazón ante la idea del pecado. Psicólogos y sociólogos, filósofos y pensadores, literatos y personas “de la calle”, rechazan cualquier idea de pecado como obsoleta o incluso dañina.
Por eso explican las acciones ajenas (además de las propias) desde teorías más o menos articuladas. Algunos explican todo lo que hacemos o dejamos de hacer con la educación recibida en casa, en la escuela o en el grupo. Otros ven como origen de nuestros actos las fuerzas interiores de la propia psicología. Otros simplemente niegan la libertad y consideran que cada comportamiento humano está controlado por el destino, por las neuronas o por férreas "leyes de la naturaleza".
En esas perspectivas, no es posible negar que existen actos que causan rechazo y que son condenados. Pero incluso la condena queda explicada simplemente por el disgusto que esos actos provocan en algunos, sin que haya que calificarlos con una palabra, "pecado", que consideran fuera de lugar en un mundo moderno y maduro.
Las negaciones de uno mismo o de otros no pueden suprimir la realidad profunda del pecado, de ese acto que realizamos, con un conocimiento claro y con una aceptación plena, contra el amor. Porque en el fondo del pecado hay, como ya explicaba san Agustín, un rechazo a Dios y una opción extraña y egoísta por uno mismo. Es decir, el pecado nos aparta del núcleo más hermoso de toda existencia humana, porque nos impide amar a Dios y entregarnos sanamente a los hermanos.
Hace falta tener valor para recordar lo que es el pecado. Sólo entonces comprenderemos por qué Cristo vino al mundo y por qué murió en un Calvario. Manifestó, de esa manera, lo grave que es el pecado, al mismo tiempo que reveló esa verdad que da sentido a toda la existencia humana: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él" (Jn 3,16-17).
Cuando reconocemos, sencilla y honestamente, que hemos pecado, estamos listos para dar los siguientes pasos: pedir perdón, acoger la misericordia en el sacramento de la confesión, reparar el daño cometido, y empezar a vivir llenos de gratitud desde el abrazo que nos llega de un Dios cercano y misericordioso. Sigue leyendo
martes, 24 de julio de 2012
Tenemos muchos amigos, pero sólo un Amigo
¡Cuántos falsos amigos hay a nuestro alrededor! En vez de hacernos el mayor bien nos hacen el mayor mal.
Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
Todos tenemos la tendencia a amar y sentimos la necesidad de ser amados.
¡Cuánto sufre una esposa cuando siente que su marido ya no la ama! ¡Cuánto les duele a los hijos cuando ven a sus padres separarse! Muchas veces el amar y el sentirse amado parecen sólo una ilusión.
Hay una Persona que satisface esta sed existencial del hombre. Él no quiere fallarnos, ni puede hacerlo. Es Jesús de Nazaret. Es la única persona que llena totalmente el corazón del hombre.
Él es el único amigo sincero, es el único amigo fiel, es el único que nos tiende la mano y nos ayuda y nos ama en la juventud, en la edad madura, en la vejez, en la tumba y en la eternidad.
La imagen que nos da el Evangelio de Cristo es de un hombre fiel a sus amigos. Cuando Pedro le quiere disuadir de ir a Jerusalén para ser torturado y muerto, responde: ¡Apártate de mí, Satanás, pues tus caminos no son los de Dios!. Con estas palabras duras quiere corregir a su Apóstol, que no entiende el camino salvífico de la cruz. Pero Cristo fue tolerante y fiel a aquel que había escogido para ser el primer Papa de la Iglesia, pues le perdonó el haberle traicionado cobardemente durante la pasión; al hablar con él después de su resurrección le dijo: ¡Apacienta mis corderos y mis ovejas.!
Hace falta tener este tipo de amigo, que no nos deja nadar tranquilamente en el dulce charco de nuestra mediocridad, que no nos deja pisar la arena movediza de la comodidad.
Cristo exigió a la Samaritana el superarse cuando le dijo: ¡Mujer, vete y llama a tu marido!. Por medio de esta afirmación quería mover su conciencia, porque ella no tenía un marido, sino había tenido varios amantes. Algo semejante dijo a la mujer sorprendida en flagrante adulterio; los fariseos querían apedrearla, pero Cristo la salvó; al final le dijo: No te condeno, pero vete y no peques más.
Este Amigo quería lo mejor para sus amigos y por eso quiso salvarles de la muerte radical y definitiva, que es el infierno, y darles la vida radical y definitiva, que es el cielo. El mayor bien que se puede hacer a un amigo es ayudarle a salvar su alma.
¡Cuántos falsos amigos hay a nuestro alrededor! En vez de hacernos el mayor bien nos hacen el mayor mal.
La amistad que Cristo nos ofrece supera las fronteras espacio-temporales. Él nos ama en esta vida y en la otra.
Me acuerdo que una señora, viuda, sin hijos, me dijo una vez: "Ya no tengo razón para vivir." Yo le contesté: "Lo siento mucho por Ud., señora, pues parece ser que nunca ha entendido el Evangelio. Evangelio significa buena nueva". La gran noticia que el Mesías nos comunicó es que Dios nos ama por medio de Cristo; lo mandó a este mundo para enseñarnos la Verdad y la Vida, pues Él es el Camino para conocer la Verdad y para adquirir la Vida. Cuando uno se da cuenta de esto, aún los sufrimientos más duros, sean físicos o morales, se relativizan, porque nos damos cuenta que hay una Persona que nos ama inmensamente.
Una vez tuve la ocasión de hablar con una muchacha que se había cortado las venas con la intención de acabar con su vida. Tenía sólo 16 años y todavía se podían ver las cicatrices de las cortaduras en sus muñecas. Ella me dijo: "Mis padres no me quieren. Nadie me quiere." Yo le hablé del amor inmenso de Dios hacia cada uno de nosotros. Ella se quedó muy consolada.
Cuando Pedro Bernardone, el padre de Francisco de Asís, lo echó fuera de casa y lo desheredó, el Santo se dio cuenta que tenía un Padre que no le podía fallar.
Tal vez éste sea el mensaje central y esencial del Evangelio: tenemos un Padre en el Cielo que nos ama apasionadamente y lo ha mostrado por medio de su Hijo Jesucristo. Sigue leyendo
Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
Todos tenemos la tendencia a amar y sentimos la necesidad de ser amados.
¡Cuánto sufre una esposa cuando siente que su marido ya no la ama! ¡Cuánto les duele a los hijos cuando ven a sus padres separarse! Muchas veces el amar y el sentirse amado parecen sólo una ilusión.
Hay una Persona que satisface esta sed existencial del hombre. Él no quiere fallarnos, ni puede hacerlo. Es Jesús de Nazaret. Es la única persona que llena totalmente el corazón del hombre.
Él es el único amigo sincero, es el único amigo fiel, es el único que nos tiende la mano y nos ayuda y nos ama en la juventud, en la edad madura, en la vejez, en la tumba y en la eternidad.
La imagen que nos da el Evangelio de Cristo es de un hombre fiel a sus amigos. Cuando Pedro le quiere disuadir de ir a Jerusalén para ser torturado y muerto, responde: ¡Apártate de mí, Satanás, pues tus caminos no son los de Dios!. Con estas palabras duras quiere corregir a su Apóstol, que no entiende el camino salvífico de la cruz. Pero Cristo fue tolerante y fiel a aquel que había escogido para ser el primer Papa de la Iglesia, pues le perdonó el haberle traicionado cobardemente durante la pasión; al hablar con él después de su resurrección le dijo: ¡Apacienta mis corderos y mis ovejas.!
Hace falta tener este tipo de amigo, que no nos deja nadar tranquilamente en el dulce charco de nuestra mediocridad, que no nos deja pisar la arena movediza de la comodidad.
Cristo exigió a la Samaritana el superarse cuando le dijo: ¡Mujer, vete y llama a tu marido!. Por medio de esta afirmación quería mover su conciencia, porque ella no tenía un marido, sino había tenido varios amantes. Algo semejante dijo a la mujer sorprendida en flagrante adulterio; los fariseos querían apedrearla, pero Cristo la salvó; al final le dijo: No te condeno, pero vete y no peques más.
Este Amigo quería lo mejor para sus amigos y por eso quiso salvarles de la muerte radical y definitiva, que es el infierno, y darles la vida radical y definitiva, que es el cielo. El mayor bien que se puede hacer a un amigo es ayudarle a salvar su alma.
¡Cuántos falsos amigos hay a nuestro alrededor! En vez de hacernos el mayor bien nos hacen el mayor mal.
La amistad que Cristo nos ofrece supera las fronteras espacio-temporales. Él nos ama en esta vida y en la otra.
Me acuerdo que una señora, viuda, sin hijos, me dijo una vez: "Ya no tengo razón para vivir." Yo le contesté: "Lo siento mucho por Ud., señora, pues parece ser que nunca ha entendido el Evangelio. Evangelio significa buena nueva". La gran noticia que el Mesías nos comunicó es que Dios nos ama por medio de Cristo; lo mandó a este mundo para enseñarnos la Verdad y la Vida, pues Él es el Camino para conocer la Verdad y para adquirir la Vida. Cuando uno se da cuenta de esto, aún los sufrimientos más duros, sean físicos o morales, se relativizan, porque nos damos cuenta que hay una Persona que nos ama inmensamente.
Una vez tuve la ocasión de hablar con una muchacha que se había cortado las venas con la intención de acabar con su vida. Tenía sólo 16 años y todavía se podían ver las cicatrices de las cortaduras en sus muñecas. Ella me dijo: "Mis padres no me quieren. Nadie me quiere." Yo le hablé del amor inmenso de Dios hacia cada uno de nosotros. Ella se quedó muy consolada.
Cuando Pedro Bernardone, el padre de Francisco de Asís, lo echó fuera de casa y lo desheredó, el Santo se dio cuenta que tenía un Padre que no le podía fallar.
Tal vez éste sea el mensaje central y esencial del Evangelio: tenemos un Padre en el Cielo que nos ama apasionadamente y lo ha mostrado por medio de su Hijo Jesucristo. Sigue leyendo
sábado, 30 de junio de 2012
ORACIÓN PARA PEDIR POR UN GOBERNANTE
Señor, tú conoces bien
nuestras necesidades y todas las aficiones de nuestra vida moderna.
Tú conoces el corazón de quienes nos han de gobernar. Por ello, te
pedimos, con gran humildad y con todo nuestro corazón, que nos des
un gobernante según tú corazón.
Señor, daños un
Gobernante que te obedezca y que te sea fiel en todo momento, como
Moisés. Que genere leyes que permitan que se establezca tú Reino,
un Reino de justicia y de paz. Que tenga una fe tan grande como para
hacer que se abran no sólo los mares, sino los corazones; que pueda
hacer brotar de la roca de la injusticia el agua viva de la caridad,
de manera que no falte nada a nadie, así los que poco tienen, así
los que poco tienen no les faltará y los que mucho tienen no les
sobrará.
Señor, daños un Gobernante que nos gobierne como Samuel. Un Gobernante que tenga intimidad contigo, que te conozca y respete. Que pueda conducir al pueblo en está etapa tan importante por la que pasa la humanidad, una etapa de transición hacia un mundo cibernético y tecnologizado, que corre el peligro del individualismo y la alineación. De un mundo que se encierra en sí mismo y no ve más allá de lo material. Danos un Gobernante que nos ayude a volver a centrar nuestros ojos en lo espiritual, en lo trascendente, en lo eterno.
Danos Señor, un Gobernante que te ame por sobre todas las cosas y que sea valiente para pelear tus batallas como lo hizo David. Que tenga tú fuerza y tú Espíritu para guiar al pueblo y establecer la paz. Que tenga un corazón humilde para que confíe sólo en ti. Un Gobernante como David, que ame profundamente a tú pueblo y que, aún en situaciones difíciles, sepa conservar la fe.
Señor, daños un Gobernante que nos gobierne como Samuel. Un Gobernante que tenga intimidad contigo, que te conozca y respete. Que pueda conducir al pueblo en está etapa tan importante por la que pasa la humanidad, una etapa de transición hacia un mundo cibernético y tecnologizado, que corre el peligro del individualismo y la alineación. De un mundo que se encierra en sí mismo y no ve más allá de lo material. Danos un Gobernante que nos ayude a volver a centrar nuestros ojos en lo espiritual, en lo trascendente, en lo eterno.
Danos Señor, un Gobernante que te ame por sobre todas las cosas y que sea valiente para pelear tus batallas como lo hizo David. Que tenga tú fuerza y tú Espíritu para guiar al pueblo y establecer la paz. Que tenga un corazón humilde para que confíe sólo en ti. Un Gobernante como David, que ame profundamente a tú pueblo y que, aún en situaciones difíciles, sepa conservar la fe.
Danos, Señor, un
Gobernante como Salomón, que tenga sabiduría y juicio para conducir
a tu pueblo. Que con su sabiduría lleve a nuestro pueblo a gozar,
como en tiempos de Salomón, de bienestar económico y de progreso,
de tal suerte que hasta las naciones lejanas se admiren de lo que tú
has hecho a través de un Gobernante tan sabio.
Finalmente, danos un
Gobernante como Judas Macabeo, que nos impulse a combatir a los
enemigos del pueblo: La injusticia, la pasividad, la corrupción, el
abuso, Que nos conduzca en esta guerra contra nuestras pasiones y
restablezca la soberanía de tu amor entre nosotros. Que podamos
desterrar de nosotros el materialismo que nos destruye para poder
volver a ponerte al centro de nuestras vidas.
Señor, hoy más que nunca
necesitamos de tu ayuda. Guía por medio de tu Espíritu Santo
nuestro corazón y ayúdanos a elegir conforme a tu voluntad. Nos
abrimos a tu amor para que seas tú quien elija, a través de
nosotros, a la persona que nos guiará y nos ayudará a construir tu
Reino aquí en nuestro amado país.
Escucha a tu pueblo,
Señor, te lo pedimos, por la intercesión de nuestra Madre
Santísima, la Virgen de Guadalupe, quien nos prometió tu asistencia
en nuestros momentos más importantes.
Amén.
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viernes, 29 de junio de 2012
La moral en la política
Los obispos nos empeñamos insistiendo a la gente que analice todos los factores a la hora de votar
Autor: + Felipe Arizmendi Esquivel | Fuente: www.cem.org.mx
Le respondí que la mayoría de la gente vota por quien considera que le pueda mejorar sus ingresos económicos, y no se fija tanto en otros valores. Muchos van a los mítines de los candidatos para ver qué les regalan, o sólo para escuchar qué conjunto musical ameniza el evento, no tanto para conocer la forma de ser y de pensar de los diversos aspirantes, ni para escuchar sus propuestas y analizarlas; lo que más les importa es la economía. Como un importante empresario que intentaba convencernos a los obispos de las bondades de un candidato, fijándose sólo en datos económicos, sin considerar sus limitaciones en otros aspectos, como sus políticas antinatalistas, o su declarada convicción de que su fe católica nada tiene que ver con su práctica política.
Una buena parte de la población no toma en cuenta la religión del candidato, su estabilidad matrimonial, su actitud ante el aborto o la familia, qué piensa de la libertad religiosa, ni cuál podría ser su relación con las iglesias; lo que más les importa es lo material, su conveniencia personal. Pareciera que la fe de la mayoría de los votantes no tuviera nada que ver al decidir su voto. Sin embargo, sí hay personas maduras y conscientes, que analizan cuáles candidatos piensan y viven conforme a la propia fe, y este juicio les ilumina al votar.
CRITERIOS
Los obispos nos empeñamos insistiendo a la gente que analice todos los factores: económicos, sociales, políticos, educativos, laborales, culturales, etc., pero también los de índole moral y religiosa; que tomen en cuenta si un candidato tiene criterios y actitudes acordes con la propia fe (la mayoría de declaran católicos), o todo lo contrario, y que este análisis les ayude a decidir a quién apoyar con su voto. Sin embargo, son relativamente pocos quienes analizan la coherencia de vida de los candidatos con nuestra fe, y dan su voto a quien impulsa políticas no acordes con ella, sólo fijándose en aspectos meramente políticos y económicos. Hacemos documentos para iluminar las conciencias, pero son pocos quienes los toman en cuenta. Si su fe no es criterio para votar, es una fe trunca, mocha, incompleta, no madura, espiritualista, esquizofrénica.
En su vuelo hacia México, el papa Benedicto XVI dijo a los periodistas: “Hay en muchos católicos una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública: individualmente son creyentes católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio, que son necesarios para el establecimiento de una sociedad justa. Es bueno educar para superar esta esquizofrenia, educar no sólo a una moral individual, sino a una moral pública. Esta moral pública debe ser una moral razonable y compartida, compartida también por los no creyentes, una moral de la razón”.
En Cuba, dijo claramente: “Cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre. Dios nos ha creado como fruto de su amor infinito; por eso vivir conforme a su voluntad es el camino para encontrar nuestra genuina identidad, la verdad de nuestro ser, mientras que apartarse de Dios nos aleja de nosotros mismos y nos precipita en el vacío”.
PROPUESTAS
Si usted es creyente, si su fe es una luz que ilumina sus decisiones y no vive en esquizofrenia, analice qué candidatos son más coherentes, en sus declaraciones y en su vida, con los postulados de la propia fe: ¿Cuál es su actitud ante la familia, el aborto, las uniones homosexuales, la religión, los pobres, el abandono del campo, la corrupción, la inseguridad, el narcotráfico, la migración, la violencia, los derechos de la mujer? La fe exige moral, pero también es justicia, verdad, amor.
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas Sigue leyendo
Autor: + Felipe Arizmendi Esquivel | Fuente: www.cem.org.mx
HECHOS
Como estamos en un avanzado proceso electoral para elegir presidente de la República, senadores, diputados, gobernadores y presidentes municipales, la reportera de un diario nacional me preguntó si realmente existe un voto católico; es decir, si hay sectores que votan conforme a sus convicciones religiosas, por ejemplo por candidatos que enarbolan valores similares a los del catolicismo; o esto es un mito.
Como estamos en un avanzado proceso electoral para elegir presidente de la República, senadores, diputados, gobernadores y presidentes municipales, la reportera de un diario nacional me preguntó si realmente existe un voto católico; es decir, si hay sectores que votan conforme a sus convicciones religiosas, por ejemplo por candidatos que enarbolan valores similares a los del catolicismo; o esto es un mito.
Le respondí que la mayoría de la gente vota por quien considera que le pueda mejorar sus ingresos económicos, y no se fija tanto en otros valores. Muchos van a los mítines de los candidatos para ver qué les regalan, o sólo para escuchar qué conjunto musical ameniza el evento, no tanto para conocer la forma de ser y de pensar de los diversos aspirantes, ni para escuchar sus propuestas y analizarlas; lo que más les importa es la economía. Como un importante empresario que intentaba convencernos a los obispos de las bondades de un candidato, fijándose sólo en datos económicos, sin considerar sus limitaciones en otros aspectos, como sus políticas antinatalistas, o su declarada convicción de que su fe católica nada tiene que ver con su práctica política.
Una buena parte de la población no toma en cuenta la religión del candidato, su estabilidad matrimonial, su actitud ante el aborto o la familia, qué piensa de la libertad religiosa, ni cuál podría ser su relación con las iglesias; lo que más les importa es lo material, su conveniencia personal. Pareciera que la fe de la mayoría de los votantes no tuviera nada que ver al decidir su voto. Sin embargo, sí hay personas maduras y conscientes, que analizan cuáles candidatos piensan y viven conforme a la propia fe, y este juicio les ilumina al votar.
CRITERIOS
Los obispos nos empeñamos insistiendo a la gente que analice todos los factores: económicos, sociales, políticos, educativos, laborales, culturales, etc., pero también los de índole moral y religiosa; que tomen en cuenta si un candidato tiene criterios y actitudes acordes con la propia fe (la mayoría de declaran católicos), o todo lo contrario, y que este análisis les ayude a decidir a quién apoyar con su voto. Sin embargo, son relativamente pocos quienes analizan la coherencia de vida de los candidatos con nuestra fe, y dan su voto a quien impulsa políticas no acordes con ella, sólo fijándose en aspectos meramente políticos y económicos. Hacemos documentos para iluminar las conciencias, pero son pocos quienes los toman en cuenta. Si su fe no es criterio para votar, es una fe trunca, mocha, incompleta, no madura, espiritualista, esquizofrénica.
En su vuelo hacia México, el papa Benedicto XVI dijo a los periodistas: “Hay en muchos católicos una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública: individualmente son creyentes católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio, que son necesarios para el establecimiento de una sociedad justa. Es bueno educar para superar esta esquizofrenia, educar no sólo a una moral individual, sino a una moral pública. Esta moral pública debe ser una moral razonable y compartida, compartida también por los no creyentes, una moral de la razón”.
En Cuba, dijo claramente: “Cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre. Dios nos ha creado como fruto de su amor infinito; por eso vivir conforme a su voluntad es el camino para encontrar nuestra genuina identidad, la verdad de nuestro ser, mientras que apartarse de Dios nos aleja de nosotros mismos y nos precipita en el vacío”.
PROPUESTAS
Si usted es creyente, si su fe es una luz que ilumina sus decisiones y no vive en esquizofrenia, analice qué candidatos son más coherentes, en sus declaraciones y en su vida, con los postulados de la propia fe: ¿Cuál es su actitud ante la familia, el aborto, las uniones homosexuales, la religión, los pobres, el abandono del campo, la corrupción, la inseguridad, el narcotráfico, la migración, la violencia, los derechos de la mujer? La fe exige moral, pero también es justicia, verdad, amor.
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas Sigue leyendo
Posiciones de los candidatos a la presidencia mexicana en el tema de salud
Análisis de las
plataformas de salud de los candidatos, en ellas tocan los temas de la
anticoncepción, especialmente para jóvenes; el aborto y la eutanasia
Autor: Salvador Reding Vidaña | Fuente: Catholic.net
¿Qué posiciones han dado a conocer los candidatos a la presidencia mexicana?
Esto es muy importante para quienes tenemos un compromiso absoluto con la cultura de la vida, para tomar una decisión informada en la decisión del voto, tanto personal como en la orientación a las personas con las que interactuamos.
Josefina Vázquez Mota Es la candidata más en línea con los principios de esa cultura de la vida, y de la doctrina humanista de Acción Nacional, vale la pena revisar con más cuidado su posicionamiento.
Aborto:
El problema con Josefina, en su posicionamiento respecto al aborto, es su insistencia en defender la vida desde la concepción, tal como pide la doctrina de su partido, pero con su también insistente alegato de no criminalizar a las mujeres que abortan. Ella ha dicho que las cárceles son para los narcos, los asesinos y no para las mujeres, olvidando (¿?) que el aborto ES un homicidio. En la legislación mexicana, el aborto es un delito, y conlleva penas corporales. Algunas legislaciones liberan de penas a quienes abortan por ciertas razones, como el embarazo producto de una violación. Lo importante es conocer también su posición respecto a quienes practican abortos.
Respecto a las drogas, ha señalado que no apoya su legalización.
Josefina dirigió una carta "a los católicos", señalando sus posiciones sobre temas de vida, llamada: "Compromiso de JVM con la vida y la familia". Dice allí lo siguiente:
"Hoy la familia está siendo afectada por la violencia intrafamiliar, las adicciones y por la legalización del aborto y las uniones entre personas del mismo sexo. Para acabar con estos males que afectan a la vida y la familia, fortaleceré el matrimonio entre hombre y mujer, dignificaré la vida humana y sobre todo promoveré políticas públicas con valores para la unidad y el desarrollo de las familias mexicanas".
Establece allí diversos compromisos, incluyendo, entre otros:
1. Fortalecer el sistema de educación integral con la formación en derechos humanos teniendo como centro el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
2. Promover instituciones públicas y apoyo a las privadas que atiendan psicológica, social y económicamente a las mujeres embarazadas que deseen abortar, para que tengan otras opciones.
3. Fortalecer los apoyos a madres jóvenes y jóvenes embarazadas, para que puedan continuar con sus estudios o para incorporarse a alguna modalidad educativa no escolarizada.
4. Flexibilizaré y fortaleceré los sistemas de adopción, para que los bebés y los niños puedan encontrar más fácilmente un hogar.
Enrique Peña Nieto.
Ofrece cosas que se prestan a cualesquiera interpretaciones: Ha declarado: "fortalecer programas de concientización, prevención y atención en salud sexual y reproductiva, que incluya información, educación y servicios accesibles," ¿Qué entiende él como "salud sexual y reproductiva" y su respeto? Esta pregunta es crítica y no tenemos respuesta. Si no se pronuncia claramente contra el aborto puede ser que lo apoye.
Recién acaba de decir en una entrevista con Leo Zuckermann, estar a favor de la eutanasia "pasiva" (matarlo por omitir alimentación, hidratación, vía aérea permeable e higiene, y omitir medios proporcionados que mejoran al paciente), en los casos en los que el paciente así lo solicite, así como la píldora del día siguiente y la clonación de tejidos.
Andrés Manuel López Obrador.
Ofrece asegurar información oportuna y confiable sobre los diversos métodos de planificación familiar(anticonceptivos); e impulsar campañas de educación sexual, sobre todo entre la juventud, para prevenir embarazos no deseados y la propagación del virus del VIH/SIDA y demás enfermedades de transmisión sexual. ¿Qué entiende por esta información?
También ofrece asegurar los programas y acciones para el acceso de las mujeres a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad [¿qué entiende también por estos conceptos?], con calidez, sin discriminación, en todo el territorio nacional y bajo una coordinación que integre la prevención y atención de la salud en todo su ciclo de vida.
Algo es claro: apoya el aborto (el inicio mismo del ciclo vital): ofrece promover el conocimiento y ejercicio de los derechos de la mujer para denunciar y acceder a servicios de alta calidad para la interrupción del embarazo.
Pide revisar la legislación correspondiente sobre el aborto para proteger a las mujeres del aborto inseguro y de recibir el tratamiento de un problema de salud pública que pone en riesgo la vida de miles de ellas cada año.
A ello agrega algo preciso: revisar la legislación correspondiente sobre el aborto para proteger a las mujeres del aborto inseguro y de recibir el tratamiento de un problema de salud pública que pone en riesgo la vida de miles de ellas cada año. ¿Más claro?
Gabriel Quadri.
Aunque no tiene posibilidad alguna de ser presidente, conviene señalar algo de sus posiciones, pues ciertos ciudadanos votarán por él. Ofrece también, como Enrique, “Alentar una nueva salud reproductiva, información y acceso a las mujeres a medios de planificación familiar, y para evitar los embarazos en adolescentes.”
Dice que retomaría como lema La Familia Pequeña Vive Mejor, especialmente en el sector rural de menores ingresos. ¿Y esto?
Ofrece permitir la capacidad resolutiva [¿?] en la atención primaria a la salud, para evitar la mortalidad materna e infantil. El lenguaje es confuso pero parece tener un buen objetivo.
Gabriel ofrece promover el respeto social y del Estado a las decisiones de las mujeres, respetando su supuesto derecho a “decidir sobre su propio cuerpo”. Apoya, como Andrés Manuel, el aborto, ofreciendo respaldo y apoyo en los casos en las mujeres que tengan que recurrir “trágicamente” a la interrupción del embarazo.
Sin embargo, Gabriel ofrece también, como Josefina, diseñar políticas de prevención del aborto.
Finalmente, para decidir con criterios amplios de la cultura de la vida y particularmente con una visión cristiana de la misma, la única persona que no cae directamente en apoyo de prácticas contrarias a los derechos humanos, es Josefina. No apoya ni el aborto ni la eutanasia. Pero habría que orientarla sobre esa petición de no criminalizar a las mujeres que abortan, pues ya está en la ley que es delito, a veces despenalizado, en el sentido de no tener penas corporales.
Recemos a una sola voz con el Santo Rosario (ante el Santísimo Sacramento de preferencia), clamando con el corazón inmaculado de María Santísima de Guadalupe, protectora de los no nacidos y de todos los mexicanos, por nuestro maravilloso y querido México, para que los dones del Espíritu Santo sean derramados sobre todos los mexicanos y con luz,vayamos a votar por una autoridad de acuerdo a su perfecta y Santa Voluntad.
¿No estoy YO aquí que soy tu madre?
Anexamos la campaña de oración y los dípticos para que los imprimas y los repartas en las misas o en lugares públicos de tu ciudad, volquemos a todo el país en oración ante Jesús vivo en el Santísimo Sacramento ó en tu casa con tu familia o dónde te encuentres, pero ora con todo tu corazón.
Si deseas ver los principios innegociables que el Papa Benedicto XVI ha pronunciado para considerar al votar. Sigue leyendo
Autor: Salvador Reding Vidaña | Fuente: Catholic.net
El mundo está sumergido en una crisis conceptual, de principios,
sobre la vida, incluyendo los temas relacionados con la salud. Pero no
se trata de la salud en general, sino sobre asuntos particulares, como
la educación sexual de menores, la eutanasia, las relaciones entre
personas del mismo sexo, los derechos de la mujer, en especial sobre el
supuesto de poder decidir libremente “sobre su propio cuerpo”.
De este último punto y sobre los derechos de las personas a decidir sobre planeación familiar, se llega al tema central del respeto a la vida que inicia: decidir sobre el aborto voluntario.
De este último punto y sobre los derechos de las personas a decidir sobre planeación familiar, se llega al tema central del respeto a la vida que inicia: decidir sobre el aborto voluntario.
¿Qué posiciones han dado a conocer los candidatos a la presidencia mexicana?
Esto es muy importante para quienes tenemos un compromiso absoluto con la cultura de la vida, para tomar una decisión informada en la decisión del voto, tanto personal como en la orientación a las personas con las que interactuamos.
Josefina Vázquez Mota Es la candidata más en línea con los principios de esa cultura de la vida, y de la doctrina humanista de Acción Nacional, vale la pena revisar con más cuidado su posicionamiento.
Aborto:
El problema con Josefina, en su posicionamiento respecto al aborto, es su insistencia en defender la vida desde la concepción, tal como pide la doctrina de su partido, pero con su también insistente alegato de no criminalizar a las mujeres que abortan. Ella ha dicho que las cárceles son para los narcos, los asesinos y no para las mujeres, olvidando (¿?) que el aborto ES un homicidio. En la legislación mexicana, el aborto es un delito, y conlleva penas corporales. Algunas legislaciones liberan de penas a quienes abortan por ciertas razones, como el embarazo producto de una violación. Lo importante es conocer también su posición respecto a quienes practican abortos.
Respecto a las drogas, ha señalado que no apoya su legalización.
Josefina dirigió una carta "a los católicos", señalando sus posiciones sobre temas de vida, llamada: "Compromiso de JVM con la vida y la familia". Dice allí lo siguiente:
"Hoy la familia está siendo afectada por la violencia intrafamiliar, las adicciones y por la legalización del aborto y las uniones entre personas del mismo sexo. Para acabar con estos males que afectan a la vida y la familia, fortaleceré el matrimonio entre hombre y mujer, dignificaré la vida humana y sobre todo promoveré políticas públicas con valores para la unidad y el desarrollo de las familias mexicanas".
Establece allí diversos compromisos, incluyendo, entre otros:
1. Fortalecer el sistema de educación integral con la formación en derechos humanos teniendo como centro el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
2. Promover instituciones públicas y apoyo a las privadas que atiendan psicológica, social y económicamente a las mujeres embarazadas que deseen abortar, para que tengan otras opciones.
3. Fortalecer los apoyos a madres jóvenes y jóvenes embarazadas, para que puedan continuar con sus estudios o para incorporarse a alguna modalidad educativa no escolarizada.
4. Flexibilizaré y fortaleceré los sistemas de adopción, para que los bebés y los niños puedan encontrar más fácilmente un hogar.
Enrique Peña Nieto.
Ofrece cosas que se prestan a cualesquiera interpretaciones: Ha declarado: "fortalecer programas de concientización, prevención y atención en salud sexual y reproductiva, que incluya información, educación y servicios accesibles," ¿Qué entiende él como "salud sexual y reproductiva" y su respeto? Esta pregunta es crítica y no tenemos respuesta. Si no se pronuncia claramente contra el aborto puede ser que lo apoye.
Recién acaba de decir en una entrevista con Leo Zuckermann, estar a favor de la eutanasia "pasiva" (matarlo por omitir alimentación, hidratación, vía aérea permeable e higiene, y omitir medios proporcionados que mejoran al paciente), en los casos en los que el paciente así lo solicite, así como la píldora del día siguiente y la clonación de tejidos.
Andrés Manuel López Obrador.
Ofrece asegurar información oportuna y confiable sobre los diversos métodos de planificación familiar(anticonceptivos); e impulsar campañas de educación sexual, sobre todo entre la juventud, para prevenir embarazos no deseados y la propagación del virus del VIH/SIDA y demás enfermedades de transmisión sexual. ¿Qué entiende por esta información?
También ofrece asegurar los programas y acciones para el acceso de las mujeres a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad [¿qué entiende también por estos conceptos?], con calidez, sin discriminación, en todo el territorio nacional y bajo una coordinación que integre la prevención y atención de la salud en todo su ciclo de vida.
Algo es claro: apoya el aborto (el inicio mismo del ciclo vital): ofrece promover el conocimiento y ejercicio de los derechos de la mujer para denunciar y acceder a servicios de alta calidad para la interrupción del embarazo.
Pide revisar la legislación correspondiente sobre el aborto para proteger a las mujeres del aborto inseguro y de recibir el tratamiento de un problema de salud pública que pone en riesgo la vida de miles de ellas cada año.
A ello agrega algo preciso: revisar la legislación correspondiente sobre el aborto para proteger a las mujeres del aborto inseguro y de recibir el tratamiento de un problema de salud pública que pone en riesgo la vida de miles de ellas cada año. ¿Más claro?
Gabriel Quadri.
Aunque no tiene posibilidad alguna de ser presidente, conviene señalar algo de sus posiciones, pues ciertos ciudadanos votarán por él. Ofrece también, como Enrique, “Alentar una nueva salud reproductiva, información y acceso a las mujeres a medios de planificación familiar, y para evitar los embarazos en adolescentes.”
Dice que retomaría como lema La Familia Pequeña Vive Mejor, especialmente en el sector rural de menores ingresos. ¿Y esto?
Ofrece permitir la capacidad resolutiva [¿?] en la atención primaria a la salud, para evitar la mortalidad materna e infantil. El lenguaje es confuso pero parece tener un buen objetivo.
Gabriel ofrece promover el respeto social y del Estado a las decisiones de las mujeres, respetando su supuesto derecho a “decidir sobre su propio cuerpo”. Apoya, como Andrés Manuel, el aborto, ofreciendo respaldo y apoyo en los casos en las mujeres que tengan que recurrir “trágicamente” a la interrupción del embarazo.
Sin embargo, Gabriel ofrece también, como Josefina, diseñar políticas de prevención del aborto.
Finalmente, para decidir con criterios amplios de la cultura de la vida y particularmente con una visión cristiana de la misma, la única persona que no cae directamente en apoyo de prácticas contrarias a los derechos humanos, es Josefina. No apoya ni el aborto ni la eutanasia. Pero habría que orientarla sobre esa petición de no criminalizar a las mujeres que abortan, pues ya está en la ley que es delito, a veces despenalizado, en el sentido de no tener penas corporales.
Recemos a una sola voz con el Santo Rosario (ante el Santísimo Sacramento de preferencia), clamando con el corazón inmaculado de María Santísima de Guadalupe, protectora de los no nacidos y de todos los mexicanos, por nuestro maravilloso y querido México, para que los dones del Espíritu Santo sean derramados sobre todos los mexicanos y con luz,vayamos a votar por una autoridad de acuerdo a su perfecta y Santa Voluntad.
¿No estoy YO aquí que soy tu madre?
Anexamos la campaña de oración y los dípticos para que los imprimas y los repartas en las misas o en lugares públicos de tu ciudad, volquemos a todo el país en oración ante Jesús vivo en el Santísimo Sacramento ó en tu casa con tu familia o dónde te encuentres, pero ora con todo tu corazón.
Si deseas ver los principios innegociables que el Papa Benedicto XVI ha pronunciado para considerar al votar. Sigue leyendo
lunes, 19 de marzo de 2012
Atea, judía o morir, la decisión de Alina Milan ante las puertas de la muerte
No me voy a quitar la cruz. No renunciaré a mi fe. No existe ningún precio capaz de comprar a Cristo
Autor: Juan Antonio Ruiz J., LC | Fuente: www.buenas-noticias.org
Alina Milan cursaba el quinto año de Derecho en la Universidad estatal de Moscú. Nacida en 1988, disfrutaba de una vida estudiantil serena... hasta que le detectaron Hidatidosis alveolar hepática, una enfermedad que consume el hígado, llevando a quien lo padece a una muerte segura.
Urgida de un trasplante de hígado, Alina y su madre decidieron buscar soluciones, pues en Rusia no se practica aún ese tipo de operaciones. Consultando, volaron a Israel en octubre del 2010, concretamente al The Tel-Aviv Sourasky Medical Center. Ahí, Alina se sometió a unas pruebas preliminares, que lanzaron su veredicto: o se hacía un trasplante urgente o le quedaba, cuando mucho, dos semanas de vida.
Madre e hija regresaron a Moscú con un serio dilema. Ese tipo de cirugías eran muy costosas y la familia no tenía medios para financiarla. Pero había una oportunidad que podría solucionar todos los problemas. Si Alina obtenía la ciudadanía israelí la operación se efectuaría de modo gratuito, pues implicaba el libre acceso a la atención médica estatal.
En un principio, todo parecía simple, pues Alina tenía ascendencia judía. Pero, sin embargo, había un "pero". En el cuestionario de ciudadanía que debía rellenar, una de las preguntas era el tipo de religión que profesaba. De acuerdo con las leyes vigentes, sólo quienes profesan el judaísmo o que se consideraban ateos podrían ser ciudadanos de Israel. Por ello, si Alina ponía “judío” o “ateo”, obtendría la ciudadanía inmediatamente. Pero si ponía cristiano, todas las puertas se le cerrarían.
Alina decidió preguntar a su director espiritual, el P. Alejandro Naruszewa, qué debía hacer. Así lo relata el mismo sacerdote:
«Me llamó por teléfono y me preguntó qué hacer, pues los médicos le habían dicho que sólo contaba con dos o tres semanas de vida. Teóricamente, para mí la elección era simple: o la mentira, eligiendo renunciar a su fe con la esperanza de poder sobrevivir, o la plena confianza en Dios». Sin embargo, no se sentía quién para decidir en el destino de la joven «y no sabía qué decir... aunque sí lo sabía en realidad». Con estos sentimientos encontrados, se fue al hospital para ver a la joven.
Ahí se encontró con la madre de Alina, que lo esperaba en la antesala de la zona de reanimación: «Incluso antes de entrar, la madre de la enferma me dijo que ella y su hija habían ya decidido qué hacer. Y antes de que pudiera decir nada, me cambió el tema de conversación, porque veía que yo podría tener miedo de escuchar algo que sería horrible para mí como sacerdote y cristiano».
Por fin, entraron en la sala. Delante de él, el P. Alejandro se topó con «una joven delgada, de color amarillo, muy poco parecido a lo que la joven de 22 años debería ser». Sonriente, con ojos claros y serenos, Alina miró al sacerdote y le dijo sin ningún preámbulo: «Mi madre y yo hemos decidido tajantemente que no me voy a quitar la cruz. No renunciaré a mi fe. No existe ningún precio capaz de comprar a Cristo ».
Ante tan grande valentía, el P. Alejandro decidió buscar dinero por todos los medios posibles. Entre los amigos de la Universidad juntaron una buena cantidad de dinero, pero no llegaron a los 300,000 dólares que cuesta la operación. Y así, el 14 de marzo del 2011, Alina dejaba este mundo.
Antes de su muerte, Alina se las arregló para escribir una carta para sus amigos:
«No muestro ningún heroísmo. En realidad, no tengo otra opción, pues ya había hecho mi elección hace tiempo: soy cristiana ortodoxa. Tengo ante mí un documento del Ministerio de Interior de Israel. Un apartado reza así: “Acepto la ciudadanía / la ley / religión del país”. Y tienes que firmar. ¿Elijo?
«Para mí, lo importante no es lo que queda en el papel, sino ¿qué pasa con mi alma? La confianza en Dios es más fuerte que cualquier valor, que cualquier derecho, país, diagnóstico o cualquier tiempo terrible. Incluso en los días más oscuros no me deja la sensación de que Dios sostiene mi mano. La única opción que hice por mi fe en Dios hace ya mucho tiempo no está vinculada a ninguna nacionalidad. Y no me importa qué venga: yo le daré gracias por aquello que suceda en mi vida».
Al final, da gracias por quienes se preocupan por ella, volviendo a resaltar que no es un héroe. Aunque el verdadero heroísmo consiste precisamente en dejar a un lado tus cosas para cuidar a los demás. Y justamente sus últimas palabras fueron para sus amigos, invitándoles a optar por Dios siempre, sean cuales sean las dificultades en su vida. Sigue leyendo
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