Perdió sus extremidades por culpa de una meningitis, pero eso no le impide jugar al fútbol en el colegio
Autor: Juan Antonio Ruiz J., LC | Fuente: www.buenas-noticias.org
Que tenga siete años y que sea admiradora del Arsenal no es motivo de
sorpresa. Pero si decimos que Ellie Challis no tiene manos ni piernas,
entonces cambia todo.
Comenzó de repente: una
mañana se despertó con fiebre, pero con las extremidades frías. Sus
padres la llevaron al hospital. En un primer momento, todo parecía
funcionar bien, por lo que regresaron a casa. Pero la alarma se encendió
de nuevo al descubrir tres manchas rojas que se multiplicaron con el
paso del tiempo. La vuelta al hospital se hizo obligatoria.
Su madre ya se lo imaginaba, por lo que el veredicto, aunque doloroso,
le cayó menos de sorpresa: una meningitis que luego derivó en septicemia
y que finalmente tuvo como consecuencia la amputación de brazos y
piernas.
La vida de Ellie parecía acabada, pero su fuerza de voluntad y el cariño de su familia, en especial de su hermana melliza, la sacó adelante. Más aún, el respaldo de los habitantes de Little Clacton, Essex (Inglaterra), donde vive la familia, jugó un importante papel, sobre todo por el apoyo económico.
Desde entonces, hace ya cuatro años, Ellie utiliza prótesis para caminar. Al principio, se valía de unas piernas ortopédicas estándar, con las que la pequeña únicamente aguantaba una media de veinte minutos al día, pues le causaban un gran dolor. Finalmente, su pasión por el fútbol la ha ayudado a conseguir unas prótesis superlivianas, similares a las usadas por el atleta sudafricano Oscar Pistorius, que la permiten correr por el campo con total libertad y sin riesgo de lesión.
Su madre comenta con el brillo de la emoción que «no tiene ningún problema a la hora de jugar a fútbol y lo hace muy bien». Y su padre va aún más allá: «sus regates son espectaculares».
Sea o no el cariño lo que lanzan estas afirmaciones, queda claro que la fuerza de voluntad de Ellie es única y que usa sus piernas ortopédicas con gracia y delicadeza. Y más increíble es verla jugar una vez por semana al fútbol. No sólo por la destreza de sus piernas, sino por la sonrisa que lleva pintada en el rostro.
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La vida de Ellie parecía acabada, pero su fuerza de voluntad y el cariño de su familia, en especial de su hermana melliza, la sacó adelante. Más aún, el respaldo de los habitantes de Little Clacton, Essex (Inglaterra), donde vive la familia, jugó un importante papel, sobre todo por el apoyo económico.
Desde entonces, hace ya cuatro años, Ellie utiliza prótesis para caminar. Al principio, se valía de unas piernas ortopédicas estándar, con las que la pequeña únicamente aguantaba una media de veinte minutos al día, pues le causaban un gran dolor. Finalmente, su pasión por el fútbol la ha ayudado a conseguir unas prótesis superlivianas, similares a las usadas por el atleta sudafricano Oscar Pistorius, que la permiten correr por el campo con total libertad y sin riesgo de lesión.
Su madre comenta con el brillo de la emoción que «no tiene ningún problema a la hora de jugar a fútbol y lo hace muy bien». Y su padre va aún más allá: «sus regates son espectaculares».
Sea o no el cariño lo que lanzan estas afirmaciones, queda claro que la fuerza de voluntad de Ellie es única y que usa sus piernas ortopédicas con gracia y delicadeza. Y más increíble es verla jugar una vez por semana al fútbol. No sólo por la destreza de sus piernas, sino por la sonrisa que lleva pintada en el rostro.