Lo más extraordinario para mí ha sido descubrir que el Señor venía en mi ayuda, a pesar de mi condición de gran pecadora
Autor: Jorge Enrique Mújica, LC | Fuente: www.buenas-noticias.org
Claudia Koll es una reconocida actriz italiana cuya conversión no ha dejado indiferente a la sociedad de ese país.
Oriunda de Roma, estudió actuación con Susan Strasberg y Geladine Banon en el Drama Course y con Yves Le Baron en Le Coq School. Su primer papel protagónico fue en una película erótica en 1992, Cosí fan Tutte, del director Tinto Brass. Junto a Antonio Banderas protagonizó El joven Mussolini.
No obstante su cada vez más prometedora trayectoria, se percató de que
algo falta en su vida: “Un día entré en la iglesia de santa Anastasia,
en Roma. Buscaba de alguna manera la ayuda de Dios. Se me acercó un
sacerdote y me dijo: “¿qué quiere de Él?”. Yo le dije: “Nada. Soy una
pecadora”. Cuando me hizo la señal de la cruz en la frente, sentí que mi
corazón se abría y se llenaba de Jesús. Las rodillas se me doblaron, me
tuve que sentar y empecé a llorar”.
Aquel momento fue la causa que llevó a Claudia a ya no desnudarse en el cine y a hacerse formadora de una nueva generación de actrices con principios. Ha impulsado la Star Rose Academy, además de ayudar en como voluntaria en brigadas de ayuda que van a África. "Por sed de amor me vi envuelta en historias equivocadas. Quería probar emociones fuertes pero nadie me realmente me había enseñado a vivir. Lo más extraordinario para mí ha sido descubrir que el Señor venía en mi ayuda, a pesar de mi condición de gran pecadora", relata Koll.
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