Autor: Jorge Ranninger, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org
«El balón le cae a Etoo, la intenta controlar dentro del área, la pelota para Leo Messi, vamos Leo, se la deja a Andrés, Andrés, Andrés.... Goooooooollllll.......Gooooooooooolllll ............¡¡¡¡de Andrés Iniesta!!!! El dios del fútbol ha bajado del cielo para marcar un gol en Stamford Bridge (estadio del Chelsea), no es Andrés Iniesta, es el dios de la justicia del fútbol...».
Así gritaba Carlos Martínez, comentarista de fútbol de uno de los canales de televisión más importantes, en el minuto 89 de la semifinal del torneo de Europa de fútbol del año pasado. Es la narración del gol de Andrés Iniesta que le dio la victoria al FC Barcelona sobre el club inglés Chelsea en el último suspiro. Finalmente el club español ganaría el trofeo final.
Este gol ha marcado una historia, una época, un estilo. Y lo ha hecho por el jugador que anotó el gol: Andrés Iniesta. Hoy en día está considerado como uno de los mejores jugadores del fútbol mundial.
Recuerdo ya hace algunos años leer en un artículo: «Andrés Iniesta nunca llegará a ser uno de esos jugadores famosos que además de ser buenos jugadores marcan modas de ropa, están en las portadas de las revistas del corazón o montan macrofiestas en su mansión... Y no lo va a ser porque es un chico normal, sin aretes, sin peinado extravagante o tatuajes que marcan todo su cuerpo. Todo lo contrario...».
Y es cierto. Andrés Iniesta es un joven normal de 26 años, originario de Fuentealbilla, pueblito de la provincia de Albacete (España), que en su niñez llamó la atención por su habilidad con el balón. Cuando uno lo ve por la televisión, esa es la impresión que te da: un joven, más bien tímido, controlado, siempre positivo en su equipo.
Llama poderosamente la atención que alguien que transmite tanta sencillez sea tan bueno. Es brillante en el control del balón. Esta combinación está en peligro de extinción en el fútbol actual.
En su equipo le llaman “el Cerebro”, porque gran parte del juego del Barcelona pasa por sus pies. Pero siempre con un toque de sobriedad, elegancia y hasta se podría decir humildad. Difícilmente se le podrá quejándose o causando problemas.
En los últimos años siempre ha estado presente en el equipo ideal que los expertos del fútbol mundial proponen entre todos los jugadores del mundo. Él mismo comenta que uno de los goles más importantes de su vida fue cuando metió el tanto decisivo en la seminal contra el Chelsea. Pero lo más importante, como él mismo comenta, no fue que él lo metió, sino que el equipo se clasificó.
Hace dos semana, Iniesta dio una entrevista en la televisión. A una de las preguntas respondió así: «Para mí la familia es la parte más importante de mi vida». El entrevistador a bocajarro le preguntó atrevidamente: «¿Te regañan todavía?». A lo que Andrés respondió: «Siempre hay cosas que mejorar, cosas que corregir, tienen confianza en mí».
No cabe duda que la sencillez con la que uno afronta la vida, también se transmite en la forma de jugar.
¡Chapeux Andrés!
Así gritaba Carlos Martínez, comentarista de fútbol de uno de los canales de televisión más importantes, en el minuto 89 de la semifinal del torneo de Europa de fútbol del año pasado. Es la narración del gol de Andrés Iniesta que le dio la victoria al FC Barcelona sobre el club inglés Chelsea en el último suspiro. Finalmente el club español ganaría el trofeo final.
Este gol ha marcado una historia, una época, un estilo. Y lo ha hecho por el jugador que anotó el gol: Andrés Iniesta. Hoy en día está considerado como uno de los mejores jugadores del fútbol mundial.
Recuerdo ya hace algunos años leer en un artículo: «Andrés Iniesta nunca llegará a ser uno de esos jugadores famosos que además de ser buenos jugadores marcan modas de ropa, están en las portadas de las revistas del corazón o montan macrofiestas en su mansión... Y no lo va a ser porque es un chico normal, sin aretes, sin peinado extravagante o tatuajes que marcan todo su cuerpo. Todo lo contrario...».
Y es cierto. Andrés Iniesta es un joven normal de 26 años, originario de Fuentealbilla, pueblito de la provincia de Albacete (España), que en su niñez llamó la atención por su habilidad con el balón. Cuando uno lo ve por la televisión, esa es la impresión que te da: un joven, más bien tímido, controlado, siempre positivo en su equipo.
Llama poderosamente la atención que alguien que transmite tanta sencillez sea tan bueno. Es brillante en el control del balón. Esta combinación está en peligro de extinción en el fútbol actual.
En su equipo le llaman “el Cerebro”, porque gran parte del juego del Barcelona pasa por sus pies. Pero siempre con un toque de sobriedad, elegancia y hasta se podría decir humildad. Difícilmente se le podrá quejándose o causando problemas.
En los últimos años siempre ha estado presente en el equipo ideal que los expertos del fútbol mundial proponen entre todos los jugadores del mundo. Él mismo comenta que uno de los goles más importantes de su vida fue cuando metió el tanto decisivo en la seminal contra el Chelsea. Pero lo más importante, como él mismo comenta, no fue que él lo metió, sino que el equipo se clasificó.
Hace dos semana, Iniesta dio una entrevista en la televisión. A una de las preguntas respondió así: «Para mí la familia es la parte más importante de mi vida». El entrevistador a bocajarro le preguntó atrevidamente: «¿Te regañan todavía?». A lo que Andrés respondió: «Siempre hay cosas que mejorar, cosas que corregir, tienen confianza en mí».
No cabe duda que la sencillez con la que uno afronta la vida, también se transmite en la forma de jugar.
¡Chapeux Andrés!
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