viernes, 25 de diciembre de 2009
RECUERDOS DE UNA NAVIDAD
No lo creí. El Niño Jesús tenia cosas más importantes que hacer con su tiempo que observar si yo era un niño bueno o malo. Aún con mi limitada sabiduría de un niño de siete años, había decidido que, en el mejor de los casos, sólo podía vigilar a dos o tres muchachos a la vez. Y, sin embargo, mamá, que sabía todo, me había repetido una y otra vez que? sabía, veía y evaluaba todas nuestras acciones y que no podíamos compararlo con cualquier cosa que pudiéramos entender nosotros, los seres humanos.
En esta Época navideña en particular, mi comportamiento de un niño siete años era todo menos ejemplar. Mis hermanos y hermanas, todos mayores que yo, por lo visto nunca causaban problemas. En cambio yo siempre estaba en medio de todos los problemas. En pocas palabras, era un niño malcriado.
Cuando menos un mes antes de la Navidad, mamá me advertía: "Te estás portando muy mal, Felice. De modo que me amonestaba, más vale que cambies tu comportamiento. Yo no puedo portarme bien por ti. Sólo tu puedes optar por ser un buen niño".
"¡Que me importa!", contestaba yo - . De todos modos el Niño Jesús nunca me trae lo que quiero.
Mis amigos recibían bicicletas, rompecabezas, bastones de caramelo y guantes de béisbol, yo recibía manzanas, naranjas, nueces surtidas y algunas castañas, tan duras como las piedras. Durante las siguientes semanas hacía muy poco para mejorar mi comportamiento.
Como sucede en la mayoría de los hogares, la Nochebuena era mágica. A pesar de que éramos muy pobres, siempre teníamos comida especial para la cena. Como somos una familia católica, todos íbamos a confesarnos y después nos dedicábamos a decorar el árbol. La noche terminaba con una pequeña copa del maravilloso ponche de mamá. No importaba que tuviera un poco de frutas; la Navidad sólo llegaba una vez al año!
Fue cuestión de minutos, después de escuchar los primeros movimientos, para que todos nos levantáramos y saliéramos disparados hacia el patio donde estaban colgadas nuestras medias y debajo de éstas se encontraban nuestros brillantes zapatos recién lustrados.
Todo estaba tal como lo habíamos dejado la noche anterior. Excepto que las medias y los zapatos estaban llenos hasta el tope con los generosos regalos... es decir, todos excepto los míos. Mis zapatos, muy brillantes, estaban vacíos. Mis medias colgaban sueltas en el tendedero y también estaban vacías.
Alcancé a ver las miradas de horror en los rostros de mi hermano y mis hermanas. Todos nos detuvimos paralizados. Todos los ojos se dirigieron hacia mamá y papá y luego regresaron a mí.
- Ah, lo sabía - dijo mamá -. A Jesús no se le va nada. El sólo nos deja lo que merecemos.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Mis hermanas trataron de abrazarme para consolarme, pero las rechacé con furia. Me dejé caer en los brazos de mamá. Ella era una mujer voluminosa y su regazo me había salvado de la desesperación y de la soledad en muchas ocasiones. Noté que ella también lloraba mientras me consolaba. También papá. Los sollozos de mis hermanas y los lloriqueos de mi hermano llenaron el silencio de la mañana.
Después de un rato, mi madre dijo, como si estuviera hablando con ella misma:
- No le quedó alternativa a Jesús. Tal vez el próximo año Felice decida portarse mejor.
De inmediato todos vaciaron el contenido de sus zapatos y medias en mi regazo.
- Ten, me dijeron -, toma esto.
- Felice, -me dijo , ¿entiendes por qué Jesús no pudo dejarte regalos?
- Si, respondí.
- Jesús nos recuerda que siempre tendremos lo que merecemos. No podemos evadirlo. Algunas veces resulta difícil entenderlo y nos duele y lloramos. Pero nos enseña lo que está bien hecho y lo que está mal y, así, cada año seremos mejores.
No estoy muy seguro de haber entendido en aquellos momentos lo que mamá quiso decirme. Sólo estaba seguro de que yo era amado; que me habían perdonado por cualquier cosa que hubiese hecho y que siempre me darían otra oportunidad.
Jamás he olvidado aquella Navidad tan lejana. Desde entonces, he llegado a comprender que he sido egoísta, malcriado, imprudente y quizá, en ocasiones, hasta cruel... pero nunca olvidé que cuando hay perdón, cuando las cosas se comparten, cuando se da otra oportunidad y amor sin límite, ¡Jesús siempre está presente y siempre es Navidad.!
Anonimo
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martes, 8 de diciembre de 2009
Su nombre era "Cubo de agua"
Su nombre era "Cubo de agua"
Se dirigió al hospital más cercano para abortar. Le dieron cita y hora. La operación sería al día siguiente. Sólo le pidieron algo: que llevara un cubo de agua.
Autor: Fernando Magallanes, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org
En 1997, Juan Pablo II visitó la ciudad de Sarajevo, flagelada por la fratricida guerra de los Balcanes. Celebró la santa misa en el estadio de la ciudad. Entre el frío y la capa de nieve, sumergidos entre la concurrencia, estaba presente una mujer con su hijito. Este niñito era especial. Su nombre, era “Cubo de agua”, en serbo-croata.
Este peculiar nombre era la coronación de la grandiosa hazaña de su madre. El niño fue concebido durante la etapa más dura del asedio de la ciudad. Cuando su madre se dio cuenta de que estaba embarazada, decidió abortar. Ya tenía 2 hijos ¿Para qué otro más? Todos los servicios públicos habían sido destruidos: agua, luz, teléfono. Esta pobre mujer, para atender a sus dos hijos, se jugaba la vida cada día. Salía diariamente de su casa, entre escombros y ruinas, para llegar a una fuente cercana, llenar un cubo de agua, y volver con él hasta su vivienda. Nunca era suficiente uno solo. Con él preparaba la comida y daba de beber a sus hijos, lavaba la poca ropa que tenían, atendía sus necesidades.
Literalmente se jugaba cada día la vida. Algún francotirador de los alrededores podía gastar su tiempo encuadrando en la mira de su arma a la mujer. Era común en su trayecto diario, escuchar disparos, sollozos, llanto, muerte.
Se dirigió al hospital más cercano para abortar. Le dieron cita y hora. La operación sería al día siguiente. ¿Tenía alguna razón para abortar?, ¿le preguntaron el motivo? Únicamente hacía falta mirar alrededor: sangre, angustia, horror. Bastaba con sólo ver la mirada aterrada y sin esperanza de las personas. ¿Para qué traer a la inclemente vida a un inocente? Las circunstancias parecían dar razón suficiente para justificar la amarga decisión.
Sólo le pidieron algo: que llevara un cubo de agua. Con éste se consumaría la operación, pues las condiciones sanitarias eran pésimas. Cada cual debía costear algo de su propia operación. Y volvió a su casa pensando en esto: - Este cubo de agua que necesitaré para la operación y que matará a mi hijo es el mismo con el que logro que vivan mis otros hijos. Un cubo de agua es la vida, un cubo de agua es la muerte un cubo de agua
¿Qué ocurrió? La madre decidió con valentía seguir adelante con su embarazo. No se presentó en el hospital. Y al cabo de unos meses, trajo al mundo a su pequeño hijo. Le dio el nombre de “Cubo de agua”, como coronado la inmensa hazaña de su corazón valiente. El pequeño y su madre, años más tarde, contemplaban al peregrino de la esperanza, que venía a traer el mensaje de paz y reconciliación a su desgarrada patria.
¡Cuántas madres hay que realizan tales hazañas de amor! ¿Quiénes son los beneficiados? Sus hijos. Tal vez las todas las madres no siempre se hallen en las mismas circunstancias, pero el corazón y el amor maternales son los mismos. Tal vez esa sea la hazaña de nuestras propias madres: amar a sus propios hijos con un corazón valiente, sin importar el coste o el dolor, en los momentos fáciles y en los difíciles. Y el acto heroico de la madre de “Cubo de agua” es una de ellas.
Con datos del libro ¡Adiós, Juan Pablo amigo!, de Paloma Gómez Borrero, (Plaza & Janes, 2005). Sigue leyendo
miércoles, 25 de noviembre de 2009
sábado, 21 de noviembre de 2009
Mis 80 años de sonrisas y fe
Le ha sonreído a la vida y la vida le sonrió.
Autor: Andrés Ocádiz, L.C. Fuente: www.buenas-noticias.org
Así define Bud Spencer su vida al llegar a su octogésimo cumpleaños. Al mirar hacia atrás observa sus logros, su mujer (¡van a cumplir 50 años de matrimonio!), sus hijos y nietos y sonríe. «Volvería a hacer exactamente todo lo que he hecho», afirma, porque él le ha sonreído a la vida y la vida le sonrió.
Bud Spencer ha sido operario, bibliotecario, secretario en una embajada, campeón de natación y actor, pero siempre con una sonrisa en su rostro.
Y es que, cuando se vive con optimismo, todo lo que acontece en nuestra vida son oportunidades para crecer como personas y ser mejores. No podemos quedarnos parados porque «cuando te detienes -dice Bud Spencer- estás acabado». Nuestra vida es un continuo forjarnos como personas, siempre hay algo nuevo por hacer.
Cuentan que estando Sócrates en prisión antes de ser ejecutado escuchó que un carcelero cantaba en una legua desconocida. «Enséñame esa canción», le pidió Sócrates. «¿Para qué si mañana vas a morir?», respondió el carcelero. «Porque quiero morir sabiendo una cosa más», fue la respuesta del sabio.
Este mismo espíritu es el que impulsa a Bud Spencer: a sus 80 años está escribiendo su autobiografía para transmitir al mundo el optimismo con el que ha vivido sus «primeros 80 años». No, no podemos detenernos, siempre podemos encontrar algo bueno que hacer.
Y Dios no queda fuera de su vida. Para él la fe es un valor importantísimo, un valor «que hace parte de la vida de cada uno». ¿Cómo podríamos vivir alegremente si no dejamos entrar en nuestro corazón a Dios, fuente de toda alegría? Por eso él siente una necesidad de creer en Dios y le da gracias por todo lo que ha vivido.
Con testimonios como éste da gusto vivir. La vida tiene muchísimas cosas hermosas para que nos enfrasquemos en unos pocos problemas. Hay que aprender a vivir con optimismo, porque la vida vale la pena. Felicidades a Bud Spencer por sus 80 años, por sus sonrisas y por su fe.
Con datos tomados del diario Avvenire, 30 de octubre de 2009. Sigue leyendo
domingo, 15 de noviembre de 2009
Un vegetal muy activo
Una parapléjica que con sus escritos ha salvado a personas que habían pensado en el suicidio devolviéndoles el deseo y gusto por vivir.
Autor: Fernando Magallanes, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org
Pentapléjica y casi ciega durante 21años. No podía hablar ni moverse. Necesitaba ayuda de todos. Pero dejó escritos cuatro libros. Se llamaba Olga Bejano.
Nació el 3 de noviembre de 1963 en Logroño, España. En la flor de sus 23 años quedó paralítica después de un paro cardíaco. Luego, progresivamente fue quedándose inmóvil, a parecer por un componente anestésico de una operación de apendicitis. Y 21 largos años llevó su enfermedad. El viernes 5 de diciembre de 2008, voló su alma al cielo.
Su alimentación se realizaba por sonda. Se ayudaba de un respirador artificial para sobrevivir. Sufrió casi doscientas neumonías y varias operaciones. Además, desatendida por la administración civil como muchos enfermos.
Pero no se dejó vencer por esta triste situación. Ni la frustración, ni la minusvalía le pudieron hundir. Su deseo por vivir le consumía. Ella misma se consideraba graciosamente "un vegetal muy activo". Con su pierna empujaba su mano paralizada para dibujar garabatos o señalar letras que sus enfermeras interpretaban y escribían. De este singular “trabajito” nacieron cuatro libros: Voz de papel, Alma de color salmón, Los garabatos de Dios y Alas rotas, su libro póstumo, presentado en Madrid el 10 de junio de este año (La Razón, 6.09.08 y Alba, 12-18. 12.08).
En el primero narra la vivencia de la enfermedad y la presencia de Dios junto a ella. En su segundo libro escribe en contra de la eutanasia y pide ayuda digna e integral para los enfermos. Los garabatos de Dios cuentan su experiencia espiritual y humana llena de confianza. Y Alas rotas, su libro póstumo, se define como su testamento vital.
Lo más importante son los frutos de sus escritos. Lejos de la ganancia económica, éstos han salvado a personas que habían pensado en el suicidio que tras leer los libros, sentían el deseo y gusto por vivir. Personas que al visitarla, venían que detrás de una mujer pentapléjica estaba alguien más.
"Sólo por esas personas valió la pena que Olga escribiera esos libros". Así dijo Mari Carmen Domínguez, su mamá, confidente y guardiana durante su vida. "¿Cuál era la misión de Olga en esta vida?", se preguntaba también. Acercar a la gente a Dios” (Zenit, 10.07.09).
Gracias Olga, por tus libros, expresiones de sufrimiento, pero lleno de esperanza en Dios y sobre todo por tu vida. Sigue leyendo
sábado, 7 de noviembre de 2009
Instrumentos del Señor
¿Cuántas personas desgastan su vida por los demás sin que nadie se percate? Autor: José Alberto Lesso, LC Fuente: http://www.buenas-noticias.org/
Juan
- ¡Maestro, he querido suicidarme tres veces!
Ésta fue la confesión que un día le hizo Juan a su profesor Aristides, mientras juntos trabajan recolectando papas. Aristides al escucharlo sintió un fuerte escalofrío que le recorrió todo el cuerpo y no pudo menos que exclamar: «Pero, Juan, si tú estás empezando a vivir».
Entonces Juan comenzó a decirle: «Mire maestro, cuando tenía seis meses de nacido, mi madre me arrojó a la orilla del río San Juan. Vea como todavía tengo las cicatrices de las heridas que me hice al caer en los riscos. Por fortuna pasaba una mujer que al escuchar mi llanto se acercó, me tomó entre sus brazos y, enseguida, me llevo al hospital. El Dr. Julio Font luchó contra la muerte y me salvó. Mientras tanto, aquella buena mujer trataba de contactar con mi madre o algún familiar, pero nunca aparecieron. Entonces ella, que era estéril, me adoptó como su hijo. Al cabo de doce años enfermó de cáncer. En el lecho de muerte me confesó este secreto pensando en que si me enterara después yo no le iba a perdonar el no habérmelo contado… Le rogué que no se sintiera culpable de su silencio, pues ella era para mí mi verdadera madre…
A los tres días de haberla enterrado, le dije a mi "papá": “Papi, ¿quieres que te sirva el almuerzo?” Él, violentamente, me dijo: “¡No y tampoco quiero que me digas más papá! Sólo te soporté por esa que se enterró hace unos días, pues yo jamás te quise…” He hizo que me marchara de su casa. Desde entonces empecé a tener problemas de todo tipo, hasta que terminé en su escuela. ¿Sabe? Cada vez que me viene a la mene los deseos de suicidarme pienso en usted. ¡Cómo desearía que fuera mi verdadero padre!». Aquel día, Juan y su maestro, Aristides, lloraron juntos. Con el tiempo y la ayuda de Aristides, Juan consiguió un buen empleo, se casó y formó una familia digna.
Ana
Ana era aparentemente una chica normal. Su profesor, Aristides, desde hace tiempo observaba que seguido iba al colegio un hombre mayor a recogerla, creía que era su abuelo, hasta que un día ella le confesó su historia: «mi madre recién nacida me cortó las venas y me metió dentro de un nylon. Me abandonó en un bote de basura en un taller de zapatos. Al pasar una mujer por allí, yendo de compras, escuchó mis gemidos, buscó entre la basura y me encontró. Me llevó rápidamente al hospital y pudo salvarme la vida. Pero, desgraciadamente, pocos años después caí en las manos de este viejo corrompido que abusa sexualmente de mí y me humilla continuamente. Vea mis manos, todavía tengo las cicatrices de las heridas que me hizo mi mamá pero ¡eso no es nada comparado con las otras heridas que no puedo mostrarle! No puedo hacer nada, estoy atrapada, sin salida. Ayúdeme, maestro, por favor».
Aristides no la dejó sola. Realizó un trabajo muy cuidadoso para protegerla y sustraerla de ese medio tan pernicioso. El tiempo pasó y, gracias a Dios, Ana es hoy una mujer casada, con hijos y un trabajo digno en un hospital.
Aristides
Las historias siguen. Son muchas las personas que se han visto beneficiadas de una u otra forma por este gran profesor que ha desgastado su vida en favor de la juventud de su país, Cuba.
Aristides actualmente es Coordinador Diocesano de la Educación Católica de Cuba. Pertenece a los Equipos Docentes de América Latina. Ha representado a la Iglesia Cubana en varios eventos internacionales en Perú, República Dominicana y México. Es Ministro Extraordinario de la Eucaristía. Pero sobre todo, es padre y abuelo, es decir, un hombre dedicado a su familia.
Mi amistad con Aristides inició precisamente gracias a Buenas Noticias. Él respondió a un artículo que publiqué sobre Tim Guénard y desde entonces hemos intercambiado una abundante correspondencia electrónica.
Aristides es para mí un ejemplo. Al irlo conociendo he pensado «¿cuántos hombres son verdaderos héroes en medio del silencio? ¿Cuántas personas desgastan su vida por los demás sin que nadie se percate?» No cabe duda que en nuestro mundo hay muchas personas buenas, muchas personas que de forma activa hacen presente el Reino de Dios, pero pocas veces son reconocidas, pues de hecho, para ellas, eso es algo secundario. Para ellas lo importante y fundamental es amar, de verdad, a Dios en cada uno de los hombres.
Cuando Aristides me escribe, además de interesarse sinceramente por cómo me ha ido, continuamente me invita y motiva a dar lo mejor de mí mismo, a entregarme en plenitud, a ser, como a él le gusta decir, «un instrumento del Señor».
Nota: Los nombres de Juan y Ana son pseudónimos. Se han cambiado para salvaguardar su verdadera identidad. Sigue leyendo
jueves, 22 de octubre de 2009
Santa Teresita y su motorista
viernes, 16 de octubre de 2009
Vida sin límites
VIDA SIN LÍMITES
Una mujer de 55 años visitaba a su hijo de 23 en la cárcel. Él estaba ahí por homicidio culposo ya que había atropellado a un niño al entrar a alta velocidad en una calle en sentido contrario tratando de escapar de una patrulla que lo perseguía por haberse pasado un alto.
Fue ingresado al penal completamente destrozado de los huesos y en silla de ruedas ya que, el padre del pequeño muerto se le fue a golpes, y el policía -que ya estaba justo detrás- se hizo de la vista gorda y no lo detuvo hasta que casi lo mata.
El hijo hablaba con su madre y le decía:
- "¿Sabes mamá? yo no soy un asesino premeditado ni un maldito desalmado, pero he concluido que estoy aquí porque toda mi vida aprendí y me acostumbré a romper reglas y a no cumplirlas? ¡jamás tuve ningún límite?!"
- "¡Ay hijo!!!, es que desde que eras chiquito te ponías taaaan difícil? cada vez que yo te daba una orden o una instrucción, me desafiabas y hacías unos terribles berrinches, tanto, que yo no lo soportaba y te dejaba hacer y deshacer con tal de evitarme conflictos, sólo así te mantenías calladito y complacido, pues temía tanto que tu padre me dijera: ¡calla a ese niño!!!
Desde que tenías 3 o 4 años, cuando yo te decía:
- "Hijo, cómete tus verduras para que crezcas sano y fuerte?"
Tú me gritabas:
- "¡Yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa! Déjame en paz?"
- "Por favor, recoge tu cuarto"
Y groseramente me respondías:
- "No voy a recoger nada, así estoy contento, ¡si quieres recógelo tú!"
- "No destruyas las cosas, cuídalas"
A lo que toscamente me decías;
- "No me importa yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas gritaré y lloraré hasta que me las compres?"
- "Soy tu madre y me debes de obedecer, en esta casa se hace lo que yo digo"
- "¡No mamá, no lo haré ¡ya no te quiero y si me hablas así, me voy a ir de la casa y tú serás la culpable si algo me pasa".
Yo siempre tratando de hacerte entrar en razón, pero tus desplantes y contestaciones eran los mismos; siempre fuiste un hijo muy rebelde?"
El hijo interrumpió a su madre gritándole...
-"¡¡Basta madre!!! Sólo dime ¿cómo fue que siendo tú una persona adulta pudiste obedecer y dejarte vencer por un niño taaaan chiquito....? Hoy a mis 23 años estoy destrozado, infeliz y sin futuro, de nada sirvió que estudiara y que no hayamos sido pobres, ¡le quité la vida a una criatura! y de paso arruiné mi vida, la tuya y la de mi padre? Y todo por no enseñarme a tiempo que hay límites, por ser unos padres apáticos, miedosos y blandengues... La vida en la cárcel es una miseria..."
Ahora una pregunta para ti, padre:
Si tu hijo estuviera a punto de caer en un precipicio y tú lo estuvieras sosteniendo de la mano?
¿Lo apretarías con todas tus fuerzas o lo sostendrías de la mano suavemente para que no le doliera?
Lo mismo pasa con los valores, la disciplina y las reglas: Tienes que ser responsable y apretarlo fuerte, sólo así lo salvaras del precipicio de la vida en sociedad, porque nadie a quien él dañe con su indisciplina va a tener compasión de él. Si tú, que le diste la vida y lo amas, no soportas sus berrinches, ¿qué te hace pensar que los demás lo harán?
Un grito a tiempo, unas nalgadas, una palmada, un castigo bien impuesto, sin afán de maltratarlo o herirlo, sino por "SU BIEN", motivados por el amor, con el propósito de enseñar y corregir; y cuando el mal comportamiento persiste pese a haber intentado antes agotar las palabras, las explicaciones y las mediaciones con el niño.
Tal vez eso le deje una pequeña huella pero lo hará sentir seguro y tendrá bien clara la diferencia entre el bien y el mal, y se dará cuenta que si lo cuidas y lo educas bien es porque LO AMAS y no porque te importa más tu comodidad y tu tiempo libre.
Evítale la infelicidad de la disciplina impuesta por la sociedad y/o la ley o hasta la muerte a manos de otros o el suicidio por la culpa de sus propias faltas.
No eches este consejo en saco roto?
jueves, 8 de octubre de 2009
Su sueño era matar a su padre
Quienquiera que seas, cualesquiera que sean tus heridas y tu doloroso pasado, nunca olvides, en tu memoria magullada, que te espera una eternidad de amor, junto al Big Boss
Autor: José Alberto Lesso, L.C. Fuente: www.buenas-noticias.org
Tim tenía tres sueños: Salir del correccional, convertirse en jefe de una banda y matar a su padre.
A los tres años su madre lo ató a un poste eléctrico y se marchó para siempre. Su padre se encargaría de él. Sí, se encargaría de maltratarlo: Cuatro veces le rompió la nariz y, cuando tenía cinco años, le dio una paliza tan fuerte que lo mandó por dos años al hospital.
Durante este período nadie lo visitó en el hospital. Su único consuelo era un papel de regalo que el niño de la cama de a lado había tirado después de una visita. El papel tenía el dibujo de un tren con vagones llenos de juguetes y un oso de peluche.
«Lo escondí en los baños del final del pasillo y todos los días me arrastraba hasta allá (no podía andar) para ver mi papel a escondidas; me daba la impresión de que el osito me decía “¡Hola Tim!” y que me daba las buenas noches al final del día. Para mí era la única visita. Ese papel me dio un poco de calor y suscitó en mí el deseo de volver a caminar. Gracias a ese esfuerzo para ver mi papel de regalo, aprendí a andar nuevamente».
Al salir del hospital, su familia no quiso hacerse cargo de él. Entró en un orfanato, en donde sufrió el maltrato y el desprecio de las personas encargadas de su cuidado y acabó en un hospital psiquiátrico por un error administrativo. De allí fue a parar a un reformatorio, donde aprendió a pelear y a odiar al mundo entero Sólo las ganas de matar a su padre le mantuvieron en pie, convertido ya en todo un delincuente de 12 años.
«Soñaba que habían metido a mi papá en una lavadora y que llegaba todo nuevo. ¡Tenía tantas ganas de un beso!, o de una mirada, un gesto; pero tristemente nunca llegó… Un día ya no tuve ganas de eso, tuve ganas de vivir para matarlo; y el odio me dio fuerza». Así lo cuenta Tim Guénard en su biografía Más fuerte que el odio.
Pero ¿qué fue lo que hizo cambiar esta vida que llegó a ser insensible al dolor y cuya única fuerza era la llama de la venganza?
Su odio lo convirtió en campeón de boxeo, pero un día el Big Boss lo noqueó. Para Tim, el Big Boss es Dios. Tim descubrió el amor en el prójimo: «Para los que no tienen cariño, ver a gente con amor es como mirar ese escaparate donde no se puede comprar. Sin embargo, puedes decir: “Pues yo algún día viviré de otro modo”». Y así comenzó su conversión.
A los veintiún años, abandonó su pandilla de compañeros de infierno y se unió a un grupo cristiano. «Ha sido un camino imprevisto en el que encontré a gente que dice en voz alta lo que tú piensas en bajito. [] Esa gente te da ambiciones, incluso sin que tú lo sepas. Por eso la mejor manera de ir en contra del destino es ir al encuentro de los demás; porque te dan ilusiones y te enseñan que la vida tiene otro paisaje».
El cambio no fue fácil: «Hoy me siento en forma, y dedico a Dios grandes declaraciones de amor, tomo buenas resoluciones Y mañana ¡me olvido de todo y vuelvo a caer!».
Pero en sus caídas, el orgullo insumiso, el campeón muy macho, el ombligo del mundo (como él mismo se describe) ya no estará sólo, ahora será sostenido por el abrazo y el amor de muchas personas, aprenderá a ponerse al servicio de los demás, a dejarse amar Descubrirá la belleza de la amistad, comprobará la eficacia de la oración y acabará casándose con su amada, Martine, teniendo como testigos a Dios y la Virgen María.
Actualmente Tim Guénard vive en el sudeste de Francia, cerca de Lourdes, ejerciendo de apicultor. Casado y con cuatro hijos, se dedica a ayudar a los que le necesitan. Acoge en su propia casa a personas sufrientes que necesiten amor. «Es muy importante que esos jóvenes vean que la vida no es una fantasía, que hay otro modo de existir, que cuando uno comete un error puede pedir perdón e intentar no volver a hacerlo».
Además de su biografía, la productora española INFINITO + 1 está produciendo un largometraje sobre su vida.
Tim derrotó al odio gracias a que descubrió la fuerza del amor; así nos lo dice él: «Quienquiera que seas, cualesquiera que sean tus heridas y tu doloroso pasado, nunca olvides, en tu memoria magullada, que te espera una eternidad de amor, junto al Big Boss».
Con datos de Alfa y Omega, 3 de septiembre de 2009 Sigue leyendo
miércoles, 7 de octubre de 2009
De Wall Street a monje de periferia
martes, 6 de octubre de 2009
Dolores que esculpen el alma
lunes, 5 de octubre de 2009
Bolt
Bolt
«Ese es nuestro origen. Somos hijos del dolor»
Autor: Jorge Ranninger,
L.C. Fuente: http://www.buenas-noticias.org/
Quien escucha esta palabra actualmente distingue posiblemente en su mente tres posibles conceptos. A primera vista no tienen ninguna conexión, pero como dice el sabio proverbio de la gente mayor: «No se dejen engañar por las apariencias».Bolt¹: del inglés, significa rayo, saeta.Bolt²: Reciente y conocido personaje de una película -caricatura de Walt Disney. Arrasó hace poco en las pantallas de cine. Es un pequeño perro, personaje central de la película, que cree tener superpoderes. En cambio no es así. El perro Bolt vive engañado completamente por una productora de televisión. Le hacen vivir toda su vida en un mundo irreal donde él es un perro con poderes sobrenaturales que siempre logra cumplir la misión de salvar a los hombres luchando contra los más feroces enemigos y usando todos sus poderes. Bolt cree que esta es la realidad. Pero un día se pierde y acaba fuera del estudio de grabación, de donde nunca había salido. En el mundo real, Bolt se dará cuenta poco a poco que es un perro cualquiera, sin ningún superpoder, lo cual le hará sufrir mucho. Pero gracias al empeño y al amor que le pone, logrará cumplir su nueva y verdadera misión. No les cuento el final para animarles a verla.Bolt³: Usain Bolt: El nuevo hijo del viento. Actualmente el hombre más rápido del universo. El 16 de agosto en el estadio de atletismo de Berlín pulverizó el antiguo récord del mundo de los cien metros lisos que ostentaba él mismo. Su nueva marca: 9,58 segundos. Varios de los medios de comunicación lo bautizaron como el “Relámpago de Berlin”, “The Lightning of Berlin” (Bolt¹).Detrás de este hombre, de origen jamaiquino, tez negra, una altura de 1,96 m y un peso de 76 kg hay toda una historia. Una historia que tiene su origen dramático. «Ese es nuestro origen. Somos hijos del dolor» (Bolt²), afirmaba Bolt.Usain Bolt nació el 21 de Agosto de 1986 en la Parroquia de Trelawny. Falmuth, capital de esta provincia, tiene el puerto más importante en el área, fundado entre finales del 1700 y el 1800, donde desembarcaban por primera vez los barcos que llevaban esclavos del África. En ese mercado de carne humana se celebraba la primera elección. Los mejores iban a subasta.A principios del 1800 en Trelawny se contaban más de 30,000 esclavos, que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar. Un número muy grande para esos tiempos. Pero en ese pedazo de tierra el predicador William Knibb, que odiaba la discriminación y quería que todos los hombres sean libres, sembró la idea de la rebelión. Era 1832 y estalló la que se llamó la Baptist War. Los esclavos se rebelaron, muchos murieron, pero seis años después llegó la liberación. Poco a poco las plantaciones fueron perdiendo trabajadores y la economía de la zona cayó en picada. Los ex esclavos fundaron nuevas villas no muy lejos de Falmuth.Bolt nació en estas circunstancias de dolor y sufrimiento. De ese 21 de agosto de 1986 al 16 de agosto de 2009 han pasado muchas cosas. Las circunstancias alrededor no fueron fáciles pero ahí está ahora: “The Lightning of Berlin” (Bolt¹).
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sábado, 3 de octubre de 2009
Esperanza difícil
Les comparto esta reflexion sobre la esperanza, recuerdo que la ultima reflexion que les envie fue sobre la vida eterna, que es lo que hemos hecho para merecerla, ahora llega esta reflexion sobre la esperanza, sobre la esperanza que no debemos perder, y si creemos que ya no hay esperanza en nosotros pues ahi tenemos a Dios para que nos llene de esperanza, hay que pedirle y junto con ella nos dara muchas cosas mas para seguir viviendo esta vida, y digo viviendo por que de eso se trata de VIVIR.
En lo personal se me deja mucho el parrafo que aparece al principio de la reflexion y al final de la misma y que lo vuelvo a repetir aqui: "Los ojos del alma miran hacia el frente, llenos de esperanza. Descubren así un horizonte en el que brilla la aurora que nos invita a dar nuevos pasos en la lucha por el bien, por la verdad, por la justicia, por el amor eterno", esa invitacion a luchar por el bien, la verdad, la justicia y el amor eterno, de que es dificil en nuestros dias luchar por todo esto, de que hay veces que caemos en nuestras indiferencias ante las injusticias, de que es mas facil hacer el mal que hacer el bien, como decia en correos anteriores de que ya no creemos en el amor eterno, es decir en el amor del Padre, de que nos preocupamos mas por llevar una vida comoda, sin complicaciones, pero a la vez queremos lujos, buenas posiciones sociales, y nos acabamos nuestra vida en estas cosas que al final de los dias no nos llevaremos nada, y todo esto es por que nuestra esperanza la ponemos en cosas materiales, y no nos damos cuenta de que si ponemos nuestra esperanza en quien debe de ir, todo sera mas facil y pleno, entonces banda, me preguntaba, que show?, debo poner mi esperanza en Dios y en la vida eterna, pero como?, y es por eso que este parrafo al que hago referencia me deja mucho, luchar por el bien, la verdad, la justicia y el amor eterno, interesante, como dije anteriormente, es dificil, pero al final del dia y si lo hago bien, el premio sera el mejor y eso si para toda la eternidad, pero tambien me pregunto y donde hare todo esto??... y ultimamente he ido encontrando respuestas y es por que a Dios se las he pedido, me ha respondido donde estes y a donde te mande, ahorita pues en mi trabajo, en mi familia, en el barrio, a donde vaya y este... y vuelvo a caer en lo mismo... el punto es dar siempre testimonio del amor de Dios, dejar que el amor de Dios actue en mi persona y si estoy dispuesto a hacerlo, pues ahora que hablamos de la esperanza, esa esperanza nunca morira, por que el amor de Dios no muere, y al final del dia, mi alma estara tranquila para regresar a la casa del Padre, por eso hay que pedir mucho banda por que Dios nos mande su Espiritu sobre nosotros para que nos de ese espiritu de lucha y de no caer en nuestro conformismo... por que esta vida, solo es un instante en nuestro existir, un instante comparado a la eternidad.
Cuidense mucho y traten de ser felices...
su amigo
JF Tavares
Esperanza difícil
Los ojos del alma miran hacia el frente, llenos de esperanza. Descubren así un horizonte en el que brilla la aurora que nos invita a dar nuevos pasos en la lucha por el bien, por la verdad, por la justicia, por el amor eternoAutor: P. Fernando Pascual, L.C. Fuente: Gama - Virtudes y Valores
La esperanza “sirve” sobre todo cuando el corazón tiene ante sí dificultades y pruebas de importancia.Lo fácil no es objeto de esperanza, porque sabemos que está a la mano, que se consigue en seguida, que las puertas están abiertas, que el espíritu y el cuerpo tienen la energía necesaria para alcanzar la meta.Pero cuando vemos el objetivo rodeado de dificultades, cuando tocamos nuestra propia debilidad, cuando percibimos la acción de personas o de circunstancias que hacen difícil y lejano el triunfo, es cuando más necesitamos la virtud de la esperanza.En la vida humana miles de deseos están acompañados por una auténtica nube de obstáculos. En ocasiones, el modo de pensar “realista” nos lleva a reconocer que es casi imposible dar un paso adelante, que no vale la pena seguir en la lucha por algo inalcanzable. En otras ocasiones, con un mayor esfuerzo, con un poco (o con un mucho de esperanza) seríamos capaces de reavivar la voluntad y reunir energías para seguir en la lucha por conquistar algo bueno y noble que merece lo mejor de nuestra vida.La sociedad necesita corazones que no se rindan ante las pruebas, que no se acobarden ante los reproches, que no se hundan entre lamentaciones y “quisieras” sin decisiones concretas. El mundo necesita hombres y mujeres con una esperanza ardiente, llena de luz, llena de valentía, que sepa mirar más allá de las dificultades para renovar la lucha, a pesar de las heridas que la batalla va dejando en la propia carne.Desde la fe cristiana, sabemos que la meta verdadera y feliz a la que todo ser humano está llamado se llama Dios, que es Padre y Redentor. Y porque reconocemos que el Hijo de Dios quiso pasar por el dolor humano, tomó nuestra carne débil y sufriente, recorrió nuestros caminos polvorientos y sintió la sed tras la larga marcha de la vida, también sabemos que la esperanza cuenta con el mejor de los Amigos, de los aliados, de los compañeros.No somos peregrinos ilusos que van tras un espejismo de engaños. Somos bautizados tocados por una Cruz que no fue la última página de la historia, sino el culmen del Amor bañado de esperanza.Tras la tristeza del Gólgota viene la alegría de la Pascua. Esa es la gran esperanza que tenemos los cristianos, por la que caminamos entre luces y sombras, entre obstáculos y caídas.Los ojos del alma miran hacia el frente, llenos de esperanza. Descubren así un horizonte en el que brilla la aurora que nos invita a dar nuevos pasos en la lucha por el bien, por la verdad, por la justicia, por el amor eterno.
¡Vence el mal con el bien! Sigue leyendo
viernes, 2 de octubre de 2009
Octubre, Mes del Rosario
Octubre: Mes del Rosario
La Iglesia ha dedicado un mes, el de Octubre, para honrar a María con el rezo del Santo Rosario
Autor: Tere Fernández Fuente: Catholic.net
Origen e historia de esta devoción:
En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas".
Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.
La Iglesia recomendó rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas, pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.
A finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán sufría al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses y decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.
Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral, alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.
En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.
Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.
Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia.
El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.
En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó ¨la muerte negra” en la que murieron muchísimas personas.
Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.
¿Cuándo se instituyó formalmente esta fiesta?
El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto, en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla, su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de repente se levantó y anunció que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordena el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.
Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.
La fuerza del Rosario
A lo largo de la historia, se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.
El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.
Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.
Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.
Las Letanías
El Rosario no es una oración litúrgica, sino ejercicio piadoso. Las Letanías forman una parte oficial de la liturgia en cuanto que las invocaciones reciben permiso de la Santa Sede. Se cree que su origen fue, probablemente, antes del siglo XII.
La forma actual en la que las rezamos se adoptó en el santuario mariano de Loreto, en Italia y se llama Letanía lauretana. En 1587, el Papa Sixto V la aprobó para que la rezaran todos los cristianos. Todos los cristianos hemos recurrido a la Virgen en momentos de alegría llamándola “Causa de nuestra alegría”, en momentos de dolor diciéndole “Consoladora de los afligidos”, etc.
Podemos rezar las Letanías con devoción, con amor filial, con gozo de tener una Madre con tantos títulos y perfecciones, recibidos de Dios por su Maternidad divina y por su absoluta fidelidad. Al rezarlas, tendremos la dicha de alabar a María, de invocar su protección y de ser ayudados siempre ya que la Virgen no nos deja desamparados.
Cómo rezar el Rosario
Como se trata de una oración, lo primero que hay que hacer es saludar persignarnos y ponernos en presencia de Dios y de la Santísima Virgen.
Luego, se enuncian los misterios del día que se van a rezar y comenzamos a meditar en el primero de estos cinco misterios. Durante la oración de cada misterio, trataremos de acompañar a Jesús y a María en aquellos momentos importantes de sus vidas. Aprovechamos de pedirles ayuda para imitar las virtudes y cualidades que ellos tuvieron en esos momentos. Al meditarlos frecuentemente, estas guías pasan a formar parte de nuestra conciencia, de nuestra vida. Podemos ofrecer cada misterio del rosario por una intención en particular y se puede leer una parte del Evangelio que nos hable acerca del misterio que estamos rezando.
Cada misterio consta de un Padrenuestro seguido de diez Avemarías y un Gloria. Usamos nuestro rosario pasando una cuenta en cada Avemaría. Así seguimos hasta terminar con los cinco misterios.
Al terminar de rezar los cinco misterios, se reza la Salve y se termina con las Letanías.
Los Misterios
Los quince misterios que se rezan nos recuerdan la vida de Jesús y, dependiendo del día, se rezan de la siguiente forma:
LUNES Y SÁBADO
MISTERIOS GOZOSOS VIRTUD (sugerida)
1. La Anunciación del ángel a la Virgen. La obediencia.
2. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Amor al prójimo.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios. Desprendimiento
4. La Presentación del niño Jesús en el templo. Pureza de intención.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo Sabiduría en cosas de Dios.
MARTES Y VIERNES
MISTERIOS DOLOROSOS VIRTUD (sugerida)
1. La Oración de Jesús en el huerto. Verdadero arrepentimiento de los pecados.
2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo. Espíritu de sacrificio
3. La coronación de espinas. Desapego a lo material
4. Jesucristo es cargado con la Cruz. Paciencia por mi cruz.
5. La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Generosidad
MIERCOLES Y DOMINGOS.
MISTERIOS GLORIOSOS VIRTUD (sugerida)
1. La Resurrección de Jesucristo. Fe, Esperanza y Caridad
2. La Ascensión del Señor a los Cielos. Deseo de ir al Cielo
3. La venida del Espíritu Santo. Deseo de vivir en Gracia
4. La Asunción de la Virgen a los Cielos. Amor a María
5. La Coronación de la Virgen en los Cielos. Perseverancia
JUEVES.
MISTERIOS LUMINOSOS
1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.
2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.
3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48.
4. La Transfiguración; Lc 9, 35.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1.
Visita nuestro sitio http://rosario.catholic.net del Santo Rosario Sigue leyendo
domingo, 27 de septiembre de 2009
viernes, 18 de septiembre de 2009
Nidos
cuidense
su amigo
JF Tavares
NIDOS
¡No me lo vas a creer... pero el tiempo, sin sentirlo, se escapa de nuestras manos, como esos puños de arena, que de la orilla del mar levantamos!. No se los años que tienes, ni conozco tus costumbres, pero si eres Padre o Madre y tus hijos todavía habitan el mismo nido...
Aprovecha la ocasión y cumpliendo esos deberes de enseñar y corregir, procura muy a menudo darle un abrazo de amor a tu hijo o a tu hija, sin que haya una razón decirle ¡Cómo te quiero!.
Pues te lo debo advertir; de pronto... ellos volarán del nido, mas si en el nido aprendieron de verdad lo que es el AMOR, lo mismo harán en el suyo, y harán algo más hermoso, constantemente vendrán al nido en el que ellos vivieron , por un poquito de AMOR. Sigue leyendo
jueves, 10 de septiembre de 2009
Haced el bien y prestad sin esperar nada
Que pasa banda, pues hoy les todo seguido, es decir ayer y hoy jejeje... pero hoy es rapidamente pronto, es algo que me llego y me parecio bueno compartirlo, por que como que nos ayudaria a dar un mejor testimonio de vida, complementando la reflexion de ayer, entonces les comparto este texto de la Beata Teresa de Calcuta, por cierto lleno de amor y servicio... que sigan teniendo un buen dia... cuidense y traten de ser felices...
su amigo
JF Tavares
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997),
fundadora de las Hermanas misioneras de la Caridad No hay amor más grande
«Haced el bien y prestad sin esperar nada»
Es posible que en tu apartamento o en la casa de al lado de la tuya, viva un ciego que se alegraría que le hicieras una visita para leerle el periódico. Puede ser que haya una familia que esté necesitada de alguna cosa sin importancia a tus ojos, alguna cosa tan simple como el hecho de guardarle su hijo durante media hora. Hay muchísimas cosas que son tan pequeñas que mucha gente no se da cuenta de ellas.
No creas que hace falta ser simple de espíritu para ocuparse de la cocina. No pienses nunca que sentarse, levantarse, ir y venir, que todo lo que haces no es importante a los ojos de Dios.
Dios no va a pedirte cuántos libros has leído, ni cuántos milagros has hecho. Te preguntará si lo has hecho lo mejor que has podido, por amor a él. ¿Puedes, sinceramente, decir: «He hecho todo lo que he podido»? Aunque lo más y mejor acabe siendo un fracaso, debe ser nuestro más y mejor. Si realmente estás enamorado de Cristo, por modesto que sea tu trabajo, lo harás lo mejor que puedas, con todo el corazón. Es tu trabajo quien dará testimonio de tu amor. Puedes agotarte en el trabajo, e incluso puedes matarte, pero en tanto que no está impregnado de amor, es inútil.
pd. alguna vez oi, "aquel que trabaja en lo que no ama, es todo el dia un desocupado"...
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miércoles, 9 de septiembre de 2009
Los ángeles de Gloria
eso es banda... al final Dios no mandara llamar a todos y eso me hace pensar, como anda mi relacion con El, cuando me llamara??, el dia que lo haga estare listo??, por que esta Gloria tenia 11 años, ella se lo esperaba???, creo que no, pero creo que no tuvo temor, por su testimonio de vida que llevaba, y veo que gracias a su testimonio su partida de este mundo no ha sido en vano, gracias a su vida, a como vivio la vida, muchas personas se han convertido, se ha creado una fundacion para ayudar a los enfermos graves, si no lo creen investiguen en google y veran que asi es, y veo que ella a sus 11 años cambio el mundo, es decir dejo algo bueno en este mundo, y todo gracias a su testimonio de vida, a su relacion con Dios, todo para Gloria de Dios.
pensemos banda pues, cual ha sido nuestro testimonio de vida, servira para dejar algo bueno en este mundo???... cuidense mucho banda....
su amigo
JF Tavares
Los ángeles de Gloria
Fuente: www.buenas-noticias.org
Autor: Santiago Abascal, L.C.
¿Cuántas personas puede reunir el funeral de un cristiano de a pie? Quizá cientos. ¿Y si se tratara de una niña? Tal vez mucho menos. Sin embargo, en septiembre del año 2007 se registró un caso excepcional: una pequeña de once años, que para muchos significó un cambio en sus vidas, que les hizo ver el dolor de modo diverso.
¿Su nombre? Gloria Strauss, una niña como cualquier otra. Jugaba a las muñecas, se peleaba con sus hermanos y se reconciliaba, iba a la escuela y hacía su tarea. Llevaba con una vida normal. Como en otras muchas familias católicas de Seattle, en la casa Strauss se rezaba el rosario con frecuencia. Y ahí estaba, inquieta y fervorosa, la pequeña Gloria.
Cuenta Doug Strauss, su padre, que en el año 2003 la niña recibió un golpe accidental en el rostro. Gloria contaba siete años. Al bajar la inflamación quedó un pequeño bulto en su amable carita. Los médicos diagnosticaron una neuroblastoma, un cáncer avanzado. Gloria tendría tres años o tres meses de vida.
Pronto comenzaron las quimioterapias. Gloria perdió su hermoso cabello, pero no su sonrisa habitual. No perdió su alegría. Mantuvo intacto su fervor.
El rosario en familia se volvió comunitario. Asistieron los primos, los vecinos, conocidos y también los extraños. Gloria los recibía a todos con gusto de acercarlos a Dios. El Seattle Times publicó una nota en su periódico que extendió la noticia por toda la nación. Se creó en Estados Unidos una gran cadena de oración.
Gloria cantaba canciones de misa y la gente le seguía. Rezaba el rosario y cientos de personas de todos los credos la acompañaban. Continuó la quimioterapia. No había remedio. Los médicos intentaron un trasplante de células madre extraídas de su propia médula. Pero tampoco dio resultado.
El cáncer avanzaba y la pequeña continuaba su sacrificio. «Ella nos enseñó a todos la manera de llevar una cruz. Nos dio como regalo su propio compromiso en una relación constante con Dios a través de la oración. Ella siempre dijo, “sí”», recuerda Doug.
Por fin, Gloria alcanzó a Dios el 21 de septiembre de 2007, con sólo once años. A su funeral asistieron más de tres mil personas, entre las cuales se hallaba una familia luterana que había abrazado el catolicismo gracias al testimonio de la niña.
Tras estos acontecimientos, un empresario de Seattle ayudó la familia Strauss en la fundación de Gloria’s Angels, una organización que ayuda a familias con algún miembro que sufre una enfermedad grave. Gloria, en vida, cumplió su labor misionera. Ahora consuela niños y familias con su ejemplo y su intercesión.
P.D. «El hombre está loco, dice Dios al ver esta insolencia: no sabe ser feliz. Si no sabe atravesar días malos se perderá totalmente. Si no aprende qué es la aflicción, no sabrá lo que es el descanso» Sigue leyendo
jueves, 3 de septiembre de 2009
El proyecto Blair
Imagina que no hay cielo
cuidense mucho y traten de ser felices...
su amigo
JF Tavares
Fuente: Gama - Virtudes y Valores
Autor: Diego Melgoza, L.C.
Imagine there is no heaven (imagina que no hay cielo), era la letra de la canción Imagine de Sir John Lennon. El ex-beatle británico afirmaba que si imaginásemos que no hay cielo, este mundo sería mejor. ¿Qué pasaría si no hubiera cielo, como dice John Lennon?
Imaginemos cómo sería el mundo si no hubiera cielo. Este mundo que está lleno de sufrimiento y mal quedaría reducido a un absurdo si no hubiera algo más allá que le diera sentido. Todos hemos experimentado momentos difíciles en la vida: la muerte de un familiar, una enfermedad grave, alguna incomprensión de nuestros seres queridos, o el resultado insatisfecho de un proyecto personal. ¿Para qué tantas lágrimas y dolores? Si estamos destinados al sufrimiento, ¿por qué seguir vivir en un mundo donde parece que todo lo que nos rodea nos podrá trae penas? Mejor ahorrarnos las tristezas y acabar con todo para siempre, o al menos esa es la salida que algunos toman cuando pierden la esperanza.
Casi lo mismo sucedería si vemos el otro lado de la moneda. Aunque en el mundo hay sufrimientos y lágrimas, también hay risas y alegrías. A todos nos gusta pensar en el amor tierno de una madre a su hijo, o en el sacrificio que muchos han hecho para salvar sus seres queridos. Pero al ver todo esto, nos damos cuenta del aguijón que acompaña nuestra condición humana. Estas alegrías y risas también se acabarán algún día. ¿Acaso esta madre que ama, no es mortal, y cuando se vaya no va a dejar un vacío en alguien? Si no hay cielo, estas alegrías terminan para siempre.
Así contemplamos lo agridulce de la existencia humana, que parece a veces más agria que dulce. Afortunadamente sólo estamos imaginando que no hay cielo, porque de hecho sí lo hay. El pensamiento de una vida eterna da sentido a toda nuestra vida. Los sufrimientos, que no cesarán por el simple hecho de que haya un cielo, se verán paliados frente a la certeza de que nos espera un lugar donde ya no habrá más lágrimas y dolores, donde Dios mismo secará nuestras lágrimas. El sufrimiento del Hijo de Dios en la cruz, fue la prueba más grande de su amor y con ella dio sentido a nuestro sufrimiento.
Las alegrías pasan también a otro plano, pues nos preparan para el lugar donde las tendremos eternamente. Cuando alguien muere nos duele el pensamiento de que ya no está más con nosotros, que todo se ha acabado. Sin embargo, en el cielo podremos encontrarnos de nuevo a todos nuestros seres queridos y estaremos juntos para siempre gozando de la mayor alegría de todas: estar con Dios para siempre.
No debemos caer en el error de pensar la esperanza en el cielo como una droga paliativa para los dolores de la vida. El cielo es algo real y no un simple cuento de niños. Desde antes de la venida de Cristo muchos pensadores, especialmente los filósofos griegos, afirmaban la existencia de un más allá, una vida después de la muerte. También tenemos el testimonio de muchas personas que, sin ser ingenuas, han dado todo, incluso la vida, por llegar al cielo. Jesús mismo nos prometió que iría a preparar una morada para nosotros en la casa de su Padre y con su resurrección nos lo confirma.
La realidad de un cielo al final de esta vida ayuda a vivir mejor, pues la felicidad pasajera de esta tierra será plena en la vida eterna; así que deja de imaginar que no hay cielo y mejor recuerda que existe de verdad.
¡Vence el mal con el bien!
lunes, 31 de agosto de 2009
Hay que mojarse
Son feministas. Mujeres que han aportado mucho a la sociedad y han luchado por la igualdad de derechos y deberes entre mujeres y hombres.
domingo, 30 de agosto de 2009
sábado, 29 de agosto de 2009
Las columnas del mundo
entonces banda busquemos la verdadera felicidad, esa felicidad duradera, en donde se encuentra en verdad... y donde se encuentra??? pues por eso aca les dejo este correo que nos puede ayudar poco o mucho en que direccion tomar....
cuidense mucho y traten de ser verdaderamente felices...
su amigo
JF Tavares
Las columnas del mundo
Atrevámonos por unos minutos a coger nuestra vida por las solapas
Autor: José Luis Martín Descalzo | Fuente: Razones para el amor
Me parece terrible decirlo, pero creo que no exagero ni un átomo si aseguro que noventa y cinco de cada cien habitantes de este planeta no se han preguntado jamás -digo «jamás»-- completamente en serio -digo «en serio»-- cuáles son las columnas sobre las que se apoya su vida, cuál es el eje de su existencia, para qué viven verdaderamente.
¿Y de los otros cinco? Dos se lo preguntaron una vez hace años, y ya lo han olvidado; otros dos se dieron a si mismos respuestas tranquilizadoras, que luego no coinciden en nada con la realidad de lo que viven. ¿Y el último? El último... iba a decir que es el santo, pero diré con más exactitud que es el único hombre que existe de cada cien que pisan este mundo.
Me temo que el lector esté pensando que comienzo estas líneas demasiado duramente, que soy tal vez pesimista, que... no es para tanto. Pero me pregunto si no será bueno comenzar cogiendo el alma por donde quema y enfrentándonos con nuestro propio espejo. ¿Somos realmente seres vivientes? Esta, creo, es la primera y capital de las preguntas a que todo hombre tiene obligación de responder.
Porque ¿qué ganaríamos engañándonos a nosotros mismos si, al final, somos corresponsables de esa mediocridad colectiva del mundo de la que tanto hablamos? Atrevámonos por unos minutos a coger nuestra vida por las solapas.
Y empecemos por preguntarnos cuáles son, en realidad, las columnas que sostienen el mundo en que vivimos. Haced esta pregunta por las calles, y todos os responderán -con impudicia y sin la menor vergüenza- que «el sexo, el dinero y el poder».
Los tres ídolos, los tres quicios, las tres columnas que sostienen el camino de la humanidad. ¿Y no estará el mundo tan enloquecido precisamente por apoyarse en tales pilares casi con exclusividad? Un hombre de hoy triunfa -decimos- cuando tiene esas tres cosas. Y está dispuesto a luchar como un perro por esos tres huesos si están lejos de él.
Naturalmente, no voy yo a decir nada contra la sexualidad, que está muy bien inventada por Dios como uno de los grandes caminos por los que puede expresarse el amor. Hablo aquí del sexo sin amor, que parece ser el gran descubrimiento de los tiempos modernos. Tal vez de todos los tiempos, pero de ninguno con los tonos obsesivos que la erotización ha conseguido en el nuestro, hasta el punto de que hay que preguntarse si no vivimos ya en una civilización de adolescentes inmaduros.
El hombre de hoy no es que disfrute del sexo, es que parece vivir para él. O eso, al menos, quiere hacernos creer el ambiente de nuestras calles, las pantallas de nuestros televisores, el pensamiento circulante de los predicadores de la libertad sexual.
Léon Bloy podría decir hoy más que en su siglo que para el hombre real la mayor de las bienaventuranzas es llegar a morir en el pellejo de un cerdo. ¿ Pero hay algo menos libre que lo que llaman la libertad sexual?
No estoy escribiendo estas líneas como un «moralista». Simplemente como un hombre preocupado. Porque creo que Unamuno tenla toda la razón del mundo cuando aseguraba que «los hombres cuya preocupación es lo que llaman gozar de la vida -como si no hubiera otros goces- rara vez son espíritus independientes». Es cierto: no hay hombre menos humano que el libertino.
Y ese tipo de conquistador se presenta hoy como el verdadero «triunfador» en este mundo. La columna número dos es el dinero -y sus congéneres o consecuencias: el placer, el confort, el lujo-. Si algún dogma vivimos y practicamos es éste: el dinero abre todas las puertas; el dinero no es que dé la felicidad, es que él mismo «es» la felicidad. En conquistarlo invierten los hombres la mayor parte de sus sueños. A él se subordinan todos los valores, incluso por parte de quienes se atreven a predicar las terribles malaventuranzas que Jesús dijo contra los ricos.
Pero los propios cristianos nos las hemos arreglado para que aquello del evangelio -«es más difícil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de los cielos»-- haya preocupado hasta ahora mucho más a los camellos que a los ricos.
Hemos conseguido sustituir esa frase por la que es verdaderamente el evangelio del siglo XX: «Los negocios son los negocios.» Y así es como hemos convenido todos en que «el fin de la vida es ganar mucho dinero, y con él, comprar la muerte eterna», como escribiera Bloy.
Y de nada sirve para alterar nuestro dogma el comprobar que el dinero da todo menos lo importante (la salud, el amor, la fe, la virtud, la alegría, la paz): al fin preferimos el dinero a todos esos valores. E incluso creemos que el dinero da la libertad, cuando sabemos que todos renunciamos a infinitas cotas de libertad para conseguirlo.
Más difícil es aún entender nuestra obsesión de poder. Jefferson aseguraba que jamás comprenderla cómo un ser racional podía considerarse dichoso por el solo hecho de mandar a otros hombres.
Y, sin embargo, es un hecho que el gran sueño de todos los humanos es «mandar, aunque sea un hato de ganado», que decía Cervantes. Sabemos que nada hay más estéril que el poder -ya que a la larga son las ideas y no el poder quienes cambian el mundo--; sabemos que «el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente», pero apostamos por esa corrupción; sabemos que el poder da fuerza, pero quita libertad; pero nos siguen encantando los puestos y los honores aun cuando estemos convencidos de que «la fuerza y el miedo son dos diosas poderosas que levantan sus altares sobre cráneos blanqueados», en frase de Mika Waltari. Mandar, mandar. Seremos felices, pensarnos, el ella en que los que están bajo nuestra férula sean más que aquellos que nos mandan.
Y ni siquiera observamos la terrible fuerza transformadora que el poder tiene: «Te crees liberal y comprensivo -decía Larra-. El día que te apoderes del látigo, azotarás como te han azotado.» Y es que el poder -todo poder- vuelve incomprendido (de ahí la soledad radical del poderoso) y hace incomprensivo: un poderoso no «puede» comprender, no «puede» amar, aunque se engañe a sí mismo con falsos paternalismos.
Maurois tuvo el coraje de confesarlo: «Cuando empecé a vivir en el campo de los que mandan, me fue imposible durante mucho tiempo comprender las penas de los que son mandados». Porque todo poder lleva en su naturaleza la ceguera del que lo posee. Desde abajo se ve mal. Desde arriba no se ve nada: la niebla del orgullo cubre el valle de los sometidos.
Y, sin embargo, ahí está el hecho: la humanidad entera vive luchando como una jauría de perros por conseguir esos tres huesos, dispuestos los hombres a volverse infelices para conseguirlos, seguros de que la felicidad llegará cuando los poseamos. Así, destrozan los hombres hasta su salud para conseguir un dinero y un poder que luego gastarán para recuperar -cuando ya sea tarde- la salud.
En la conquista de esos tres dogmas se apoya el gran sueño de lo que llamamos «vivir la vida». Viven la vida quienes los tienen. Los demás -pensamos- son hombres incompletos.
Y como esos tres dogmas se resumen en uno --el egoísmo--, la búsqueda de los tres es, en rigor, una lucha contra los demás. Porque no son cosas que se puedan compartir: o las tengo yo o las tienen los demás. Habrá que arrebatarlas. Y ya tenemos el mundo convertido en una selva.
Si fuésemos del todo sinceros confesaríamos que es cierta la afirmación de Bloy: «Vivir la vida consiste en adueñarse de la ajena. Los vampiros estarían de acuerdo», ya que en realidad «uno vive su vida cuando ha conseguido instalarse en el firmísimo propósito de ignorar que hay hombres que sufren, mujeres desesperadas, mitos que mueren.
Uno vive su vida cuando hace exclusivamente lo que es grato a los sentidos, sin darse querer darse por enterado de que en el vasto mundo hay almas y que él mismo tiene una mísera alma expuesta a extrañas y terribles sorpresas».
Pero ¿existe verdaderamente un alma? ¿Tenemos verdaderamente un alma? ¿Quién piensa en ella? ¿Quién dedica a su alma y a las columnas que la sostendrían al menos una décima parte del tiempo que vivimos sobre la tierra?
Esta es, me parece, la pregunta verdaderamente decisiva: ¿Hay sobre la tierra otros valores por los que valdría ciertamente la pena de vivir? ¿Otros valores con los que podríamos ser felices? ¿Otras columnas sobre las que nuestra condición humana sería diferente?
Este artículo quiere apostar por una idea absurda: si los hombres, si al menos muchos hombres, construyeran sus vidas sobre columnas diferentes -el amor, la solidaridad, el trabajo, la confianza, la justicia, la sencillez- este mundo sería diferente. Y vividero. Comenzaría a romperse esa soledad que nos agarrota. Ingresaríamos en el mercado común de la felicidad.
Porque es terrible pensar con cuánta tozudez seguimos apoyándonos en las columnas que son la verdadera causa de nuestra desgracia. Sigue leyendo