Las
tentaciones no dejaron de desafiar a Jesús después de su prueba de 40
días en el desierto. Encontramos una de esas tentaciones en la lectura
del Evangelio de hoy. ¿La puedes reconocer? Fue una tentación sutil,
pero muy significativa.
Después
de que fue rechazado en Nazaret, él llegó a ser enormemente popular en
Cafarnaúm. Las personas le pidieron que permaneciera allí, porque ellos
querían más de lo que él debía darles. ¿Se los debería dar? Eso
ciertamente parecería la cosa más fácil y logica que debía de hacer.
Además, su ministerio podía prosperar allí, ya que él era querido por
todos. Era fácil, cómodo y él estaba familiarizado con la comunidad.
Había más posibilidades de que algo se pudiera lograr allí. La ubicación
era ideal, porque Cafarnaúm era un puerto comercial popular y muchas
personas pasaban por allí en su rumbo para varios lugares, y ellos
podían dar a conocerlo por muchas partes.
El Espíritu Santo le dio un codazo durante su tiempo de oración y le dijo: Es tiempo de seguir adelante.
Qué
fácil y bueno es permanecer donde somos aceptados, donde nos sentimos
necesitados y queridos, donde nos aprecian. Se siente tan bien que ni
siquiera le preguntamos al Espíritu Santo si en realidad es la voluntad
de Dios que permanezcamos en el mismo lugar y en el mismo ministerio.
Si él nos da un codazo para que hagamos un cambio, no lo creemos porque
no tiene sentido. Y por lo tanto nos detenemos de seguir hacia delante.
Permanecemos
en nuestros trabajos actuales, aun cuando Dios tiene algo mejor en
mente. Permanecemos en la misma Pequeña Comunidad Cristiana, aun cuando
Dios quiere que crezcamos en liderazgo y empecemos un nuevo grupo para
que más personas puedan unirse.
Permanecemos
donde es fácil y familiar, aun cuando Dios trata de dirigirnos hacia un
nuevo crecimiento y niveles más altos de confianza.
Permanecemos
donde nuestros egos son acariciados, aun cuando la caminata humilde de
la santidad significa alejarnos de los que nos conocen y nos aprecian,
para que podamos conocer y dar ministro a nuevas personas.
Si
has estado cómodo con algo por mucho tiempo - especialmente un
ministerio - probablemente Dios te está invitando a seguir hacia delante
y aún más allá. ¿Dirás que sí a seguir a Jesús a dondequiera que él te dirija? ¿Aun cuando no tenga sentido ni se sienta fácil?
Hay una un lema que cuelga en la pared de la oficina de Los Ministerios de Las Buenas Nuevas que dice: "Jesús dirige, la Gracia provee". Explica cómo hemos podido experimentar el crecimiento inmenso de lectores del año pasado.
Dios
no nos que pide que abandonemos todo y a todos los que dejamos atrás
cuando aceptamos el camino hacia el cambio. (Jesús regreso a Cafarnaúm
una y otra vez.) Pero permaneciendo donde estamos, hacemos generalmente el mismo tipo de bien; avanzando hacia delante y más allá, hacemos por la gracia de Dios, mucho más bien de lo que pudiéramos imaginarnos.
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Miércoles de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario
31 de agosto, 2011
Miércoles de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario
31 de agosto, 2011
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