Autor: Andrés Ocádiz, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org
Su grupo de Facebook se llamaba «busco a mi mamá». Su historia comenzó a ser conocida en Argentina y con rapidez se fue extendiendo a otros países. Le llegaban mails de apoyo de países como Inglaterra y Suiza, entre otros.
La historia de Mauricio comienza a los pocos días de nacido, cuando fue abandonado por su madre. Sólo había tenido siete meses de gestación cuando le llegó el momento de nacer, por lo que fue internado en el Hospital Misericordia. Allí, una señora se hizo cargo de él, pero al poco tiempo tuvo que ser enviado a otra ciudad. Una familia de Córdoba (Argentina) lo adoptó como su hijo. Hoy Mauricio tiene 23 años.
Desde hace algunos años, Mauricio comenzó a buscar a su mamá biológica y tuvo la buena idea de usar la red social Facebook para lograr su objetivo. Su grupo comenzó a crecer según se iba conociendo su historia, pero sin el éxito que él deseaba.
Pero hace unas semanas, mientras viajaba en coche, su celular sonó... y del otro lado de la línea estaba su mamá.
¡Cuántas preguntas se agolparían en la mente de Mauricio! Habría tantas cosas que decir. «Lo único que atiné a decirle -cuenta él- fue que estaba todo bien y que la perdonaba». Mauricio había sido un “accidente” en la vida de su madre y por eso lo abandonó. Sin embargo, él tenía muy claro lo que tenía que decirle: «gracias por haber tenido la valentía de aguantarme siete meses y no haberme abortado».
Valentía, ésa es la palabra que describe con exactitud la actitud de esta madre que decidió seguir adelante con su embarazo. Su «accidente» pudo haberse solucionado fácilmente con un aborto, pero no fue así. Por eso «necesitaba agradecerle que me dejó nacer», dice Mauricio, porque su madre, al tomar la decisión correcta, le dio la mejor de las oportunidades: vivir. Y para agradecer esto no hay palabras.
El encuentro entre la madre y el hijo estuvo marcado por lágrimas, abrazos, perdón y gratitud. Su historia tuvo un final feliz y ahora Mauricio, para usar sus mismas palabras, se siente pleno. Su vida acaba de cambiar, y, en medio de su felicidad, ha cambiado también su grupo de Facebook, que a partir de ahora se llama «ya la encontré».
Con datos de “El Clarín”
La historia de Mauricio comienza a los pocos días de nacido, cuando fue abandonado por su madre. Sólo había tenido siete meses de gestación cuando le llegó el momento de nacer, por lo que fue internado en el Hospital Misericordia. Allí, una señora se hizo cargo de él, pero al poco tiempo tuvo que ser enviado a otra ciudad. Una familia de Córdoba (Argentina) lo adoptó como su hijo. Hoy Mauricio tiene 23 años.
Desde hace algunos años, Mauricio comenzó a buscar a su mamá biológica y tuvo la buena idea de usar la red social Facebook para lograr su objetivo. Su grupo comenzó a crecer según se iba conociendo su historia, pero sin el éxito que él deseaba.
Pero hace unas semanas, mientras viajaba en coche, su celular sonó... y del otro lado de la línea estaba su mamá.
¡Cuántas preguntas se agolparían en la mente de Mauricio! Habría tantas cosas que decir. «Lo único que atiné a decirle -cuenta él- fue que estaba todo bien y que la perdonaba». Mauricio había sido un “accidente” en la vida de su madre y por eso lo abandonó. Sin embargo, él tenía muy claro lo que tenía que decirle: «gracias por haber tenido la valentía de aguantarme siete meses y no haberme abortado».
Valentía, ésa es la palabra que describe con exactitud la actitud de esta madre que decidió seguir adelante con su embarazo. Su «accidente» pudo haberse solucionado fácilmente con un aborto, pero no fue así. Por eso «necesitaba agradecerle que me dejó nacer», dice Mauricio, porque su madre, al tomar la decisión correcta, le dio la mejor de las oportunidades: vivir. Y para agradecer esto no hay palabras.
El encuentro entre la madre y el hijo estuvo marcado por lágrimas, abrazos, perdón y gratitud. Su historia tuvo un final feliz y ahora Mauricio, para usar sus mismas palabras, se siente pleno. Su vida acaba de cambiar, y, en medio de su felicidad, ha cambiado también su grupo de Facebook, que a partir de ahora se llama «ya la encontré».
Con datos de “El Clarín”
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