viernes, 30 de abril de 2010

Contra la dictadura del conformismo

Muchos cristianos quisieran que la Iglesia llegara a algún tipo de compromiso ´progresista´ con el mundo
Autor: Francisco Rodríguez Barragán | Fuente: .forumlibertas.com

Ha recordado el Papa que padecemos la sutil dictadura del conformismo, que nos obliga a pensar como piensan todos y a actuar como actúan todos.

Que se trata de una verdadera dictadura, salta a la vista cuando se busca silenciar y agredir a la Iglesia porque no comparte la propaganda de quienes quieren imponer su pensamiento único sobre lo políticamente correcto, sobre los ´nuevos derechos´, sobre el lenguaje manipulado, sobre la ideología de género, sobre la sexualidad como placer sin restricciones, sobre la naturaleza por encima del hombre, sobre la indisponibilidad de la vida.

Si los cristianos nos resistimos a esta dictadura del progresismo, seremos excluidos de todos los foros, motejados de inmovilistas, hasta de enemigos de la humanidad, carcas, fascistas, meapilas y otros insultos al uso.

Pero lo más grave es que muchos cristianos se asustan, quieren aparecer también como ´progresistas´ de no se qué progreso, y quisieran que la Iglesia llegara a algún tipo de compromiso con el mundo, pensando que así nos aceptarían en los más altos y manipulados organismos.

Por eso dice el Papa que "hoy tenemos miedo de hablar de la vida eterna. Hablamos de las cosas que son útiles para el mundo, mostramos que el cristianismo ayuda también a mejorar el mundo, pero no nos atrevemos a decir que su meta es la vida eterna y que de la meta vienen luego los criterios de la vida".

Efectivamente, apenas si se habla de la vida eterna a no ser en las homilías de las misas de los entierros. Hay cristianos que se esfuerzan en demostrar que trabajan por hacer un mundo mejor, pero no aclaran que su meta es la vida eterna y que la única forma de alcanzarla es amando a los demás como Dios nos ama, buscando activamente el bien de todo hombre y de todos los hombres y que este amor que recibimos de Dios para vivir en el mundo es el criterio que inspira nuestras vidas.

Es la vida eterna con Dios la que se ofrece a quienes vivieron amando a los demás y trabajando por la verdad y la justicia y es la vida eterna sin Dios, la que espera a quienes hicieron lo contrario. Esto es más serio que el Código Penal. Desgraciados quienes piensen que no se les pedirá cuenta de su vida.

No es posible para un cristiano, que quiera vivir como tal, el conformismo con el mundo cuyos valores son el placer y el tener, que cree que puede decidir sobre todo: el bien y el mal, la naturaleza y el hombre, con plena autonomía, para lo cual tienen que borrar a Dios del horizonte y elevar a instancia última y definitiva, el consenso de la inconstante mayoría y este consenso puede ser consenso para el mal, como dice el Papa.

El voto de la mayoría entrega el poder a un partido y el elegido se cree en posesión de la verdad para conseguir aprobar leyes que deciden quién debe vivir y quién no, cómo deben ser educadas las nuevas generaciones, cómo debe vivirse la sexualidad, en qué lengua tiene que hablar, cuál es su historia, cómo expresar sus sentimientos religiosos, etcétera. Todo apoyado por un enorme aparato de agitación y propaganda.

Por desgracia, no tenemos la seguridad de que si el voto de la mayoría entrega el poder a un partido distinto la situación cambie sustancialmente.

Ahora más que nunca los cristianos tenemos que hablar de la vida eterna, de que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, de que no se puede construir un mundo fraterno sobre el egoísmo sino sobre el amor. No hay que colaborar con la dictadura del conformismo, sino proclamar en cualquier tiempo y lugar el mensaje de Jesús, cuya muerte y resurrección, es la única realidad que puede salvar al mundo. ¡No tengáis miedo!
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Heridas que ahogan el alma

No puedo permitir que esas heridas paralicen mi alma. Tengo mil horizontes que se harán realidad si empiezo a dar un nuevo paso.
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

Los golpes de la vida dejan heridas. Algunas, gracias a Dios, cicatrizan con cierta velocidad. Otras tardan en cerrarse. Otras siguen abiertas por semanas, meses, incluso años.

Las heridas del corazón tienen un comportamiento parecido. Una ofensa, una traición, un desengaño, un fracaso, pueden hacernos daño durante un tiempo breve, pero sin dejar grandes huellas en la propia vida. Otras veces tardan más tiempo, pero al final cicatrizan. Pero existen heridas del alma que sangran durante un tiempo largo, muy largo, casi asfixiante.

Esas heridas ahogan el corazón y lo sumergen en depresiones intensas, en miedos que aturden, en odios que destruyen, en sospechas hacia todos y hacia todo, en desesperanza, en agonía interior.

Es casi imposible evitar los malos momentos, los golpes fuertes en el camino de la vida. Pero es importante saber afrontarlos con un corazón sano y con un realismo sereno. Sobre todo, con la esperanza puesta en Dios.

En el mundo no todos son buenos, pero tampoco todos son malos. No todas mis decisiones llevan a buenos resultados, pero no todas están condenadas al fracaso. Entre mis amigos no todos son fieles y sinceros, pero gracias a Dios no son todos traidores y miserables.

Las heridas forman parte de la vida, constituyen un ingrediente inevitable entre quienes emprenden un camino. A veces, porque uno mismo es torpe y no supo prever dónde estaba el peligro. Otras veces, porque los otros, con o sin culpa, obstruyen nuestra vida, provocan heridas en el cuerpo o en el alma, cortan nuestros mejores sueños o también (gracias a Dios) impiden que llevemos a cabo planes absurdos.

No puedo permitir que esas heridas paralicen mi alma. Tengo entre mis manos mil horizontes que se harán realidad si empiezo a dar un nuevo paso. Hay ojos y corazones amigos que piden, que suplican, que me levante de mi pena, que deje mis angustias, que supera ofensas, que pida perdón a Dios y a quien he dañado de algún modo, que ponga en marcha mi inteligencia y mi voluntad para conquistar metas buenas.

Hoy es un día en el que mi corazón puede recibir una terapia profunda, intensa, desde las manos de un Dios que no dejará nunca de amarme, porque soy obra de sus manos. Basta simplemente que le dé permiso para que limpie, para que cosa, para que le deje hablar en lo más íntimo del alma, para que consuele mi dolor, para que perdone mi pecado, y para que me lleve, suavemente, a perdonar a todo aquel que me haya provocado alguna herida en este camino misterioso del existir humano.
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martes, 13 de abril de 2010

La liberación de la mujer no es lo que prometía

Muchas mujeres descubren cuánto han perdido con el feminismo
Autor: Ignacio Peyró | Fuente: albadigital.es

La clásica proclama del feminismo rezaba: “Una mujer necesita un hombre lo mismo que un pez necesita una bicicleta”. La atractiva escritora Lori Gottlieb, madre soltera y antigua feminista, es de las muchas que desmienten tal aserto: “Cada mujer que conozco -no importa el éxito o la ambición que tenga, ni su seguridad emocional y financiera- siente pánico (...) si llega a los treinta y ve que aún no está casada”.

Glosando la aludida frase, sin obviar su incorrección política, Gottlieb insiste: “Pregunta a cualquier mujer soltera de cuarenta años qué es lo que más desea en la vida, y seguramente no te dirá que lo que quiere es un trabajo mejor, una cintura más estrecha o un apartamento más grande. Lo más seguro es que te diga que lo que de verdad quiere es un marido y, por extensión, un hijo”.

Gottlieb confiesa que “es precisamente el no haberme casado lo que me hizo concluir que casarse es la mejor opción”. En una reunión casual con mujeres casadas, Gottlieb dice que “escucho letanías de quejas sobre sus maridos y me siento muy segura en mi decisión de esperar al hombre perfecto, sólo para darme cuenta de que ninguna de ellas se cambiaría por mí ni por un segundo”. Gottlieb no es sino una más de “esas mujeres solitarias que descubren cuánto han perdido gracias al feminismo”, según expresión de Tessa Cunningham.


El éxito antes que el hogar

Hoy, cerca de una de cada cinco mujeres que ronda los cuarenta años no tiene ningún hijo, una proporción que dobla la estadística de 1976. Las encuestas muestran que un setenta por ciento de mujeres se arrepienten de no haberlo tenido, y la familia ideal sigue constando de dos o tres niños, pero cada vez son menos las personas que viven en este tipo de familia.

El problema, según el sociólogo David Brooks, es que “las mujeres tienen más opciones sobre el tipo de vida que quieren llevar, pero no tienen más opciones sobre cómo secuenciar su vida”. “Las mujeres”, explica Cunningham, “adoctrinadas en la idea de que los hombres llevan vidas mejores, terminan valorando el éxito y el estatus sobre el hogar”, de modo que la decisión de tener niños se pospone indefinidamente, por presión laboral impuesta o voluntaria.

En La mentira de la maternidad tardía, una madre tardía, India Knight, señala que “el número de mujeres que tienen hijos más allá de los cuarenta años se ha doblado en tan sólo una década”, para desde este punto comenzar una larga diatriba “contra quienes piensan que la fecundación in vitro es algo así como inyectarse bótox”.

Es un modelo de embarazo para el que Knight -que lo ha probado- tiene palabras durísimas por ser una bomba hormonal. Pero la escritora inglesa va más allá: “A las mujeres de nuestra generación, el movimiento feminista nos ha colado una enorme mentira: que lo puedes tener todo -trabajo, éxito, dinero, estatus- y, después de conseguirlo, ponerte a tener tantos niños como quieras”.


Bolsas bajo los ojos

Ante la reciente ola de famosas como Madonna, que optan por la maternidad solitaria y tardía, Knight reacciona con crudeza, “opuesta a la consideración de que ser una madre mayor es una ambición maravillosa y fácil de conseguir (...) Están rotas, porque levantarte tres veces cada noche no es lo mismo cuando tienes cuarenta y tres años que cuando tienes veinticinco. Así logras grandes bolsas bajo los ojos y maridos que se dan cuenta y se preguntan qué fue de la mujer con la que se casaron”.

Por otra parte, los sacrificios de la maternidad son más amargos “cuando has tenido diez o veinte años de tiempo extra sólo para ti misma, y de pronto tienes que optar por la entrega absoluta”. De su propia experiencia, Knight tiene un consejo sobre marido e hijos que irritará a algunas feministas: “No esperes”.

Al hacer que las mujeres adopten una hoja de ruta para la vida más adecuada a los ritmos masculinos, son muchos los matrimonios que lamentan no tener niños o tener menos de los que hubieran querido. Pero, más allá de la natalidad, la revolución sexual ha tenido consecuencias imprevistas.

Pasados los treinta años de edad, y tras años de relaciones mejorables, la escritora Laura Nolan se pregunta: “¿Dónde están los hombres?”. Cunningham le da la respuesta: “El feminismo ha posibilitado que la mujer elija grandes carreras laborales, pero le ha robado la oportunidad de asentarse, ya que no han podido encontrar ningún hombre lo suficientemente ´masculino´ para estar preparado para el compromiso. La sociedad ya no otorga valor a los hombres que toman su responsabilidad”.

Así, de vuelta a Nolan, “lo que hay es una auténtica avalancha de ´hombres-niño´, que está dejando con un pasmo tremendo a toda una generación de mujeres solteras, de treinta y tantos años, que son sus parejas naturales”.

¿Es todo culpa de los hombres? Un hombre, Bernard Chapin, no lo cree así. Chapin considera que el modelo de mujer que encarna el Nuevo Orden Femenino (grandes trabajadoras, independientes, autónomas, consumistas) repele a los hombres por ser un modelo materialista y poco sensible a sus necesidades o las virtudes masculinas: “Cada vez más, las chicas buscan una amiga en su novio”, se queja otro comentarista.

Pero para tanta sorprendente soledad femenina hay más razones: la amenaza que los hombres sienten ante las leyes divorcistas o el hecho de que la liberación sexual desalienta el matrimonio con una múltiple oferta de sexo sin compromiso que alienta una “cultura de la inmadurez”, según define George Will.

Al igualar el papel de los sexos, concluye la citada Tessa Cunningham, “nos arriesgamos a producir hombres egoístas, irresponsables e infieles. Tal vez ayuden con la colada, pero no por ello van a respetar a la mujer ni a mostrar más compromiso”.

Así, “el hombre que se enamoraba y que pensaba que, al encontrar a una chica estupenda, lo que había que hacer era casarse con ella, se ha convertido en alguien que sólo busca un poco de diversión, y que afronta con enorme incomodidad cualquier relación de la que no pueda librarse con un sms”, dice la joven Nolan.
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lunes, 12 de abril de 2010

El hombre del escorpión

«Imposible pensar este fin y este pesar sin alabar a Dios que me tiene en estos momentos acá, reunido con todos ustedes».
Autor: Santiago Giraldo Valencia, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org

El 7 de diciembre de 1995, en un partido amistoso entre Londres y una selección conformada por los mejores jugadores de fútbol de América, se realizaría una jugada que daría la vuelta al mundo.

René Higuita, el portero de la selección “América”, en vez de atajar un tiro con las manos, se lanza de manera improvista hacia delante y en pleno aire golpea el balón con las plantas de los pies a modo de escorpión (de ahí el nombre de su jugada), logrando uno de los paradones más espectaculares en la historia del fútbol mundial.

Sin embargo, el espectáculo de esta jugada y su genio no se queda ahí. René Higuita también cobraba penaltis, metía goles de tiros libres y, de vez, en cuando le gustaba regatear a los delanteros adentrándose hasta la media cancha con el balón, poniendo a los hinchas con los “pelos de punta”.

Este hombre, al que le tocó una época “maravillosa” con los mejores del fútbol colombiano -el “pibe” Valderrama, Leonel Álvarez, Fredy Rincón, por mencionar algunos, así como con el asesinado Andrés Escobar- ha puesto fin a su carrera futbolística como profesional, saliendo por la puerta grande.

Fue el 24 de enero de 2010, en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, ante más de veinte mil personas, que se reunieron para ver jugar por última vez a la que fuera una de las glorias del fútbol colombiano. En un partido amistoso con sus antiguos compañeros, en el que no faltó su afamado “escorpión”, así como un golazo de tiro libre, este hombre toma el micrófono y sin pena ni escrúpulos, y con lágrimas en los ojos, dice así:

«Imposible pensar este fin y este pesar sin alabar a Dios que me tiene en estos momentos acá, reunido con todos ustedes».

René comienza a llorar y una ovación se escucha por todo el estadio. Luego sigue:

«Recuerdo a las personas con dificultades, en las cárceles y en los hospitales, a los niños enfermos [...] Imposible olvidar a los que ya no están, los amigos y compañeros que se nos fueron: ellos están hoy siempre conmigo...».

Dice José Martí que la grandeza de un hombre, no se mide por el terreno que ocupan sus pies, sino por el horizonte que descubren sus ojos. Por eso, enhorabuena a René Higuita, que en vez de salir buscando honores, rinde honores a Aquél al que le debe su talento. Y en vez de buscar su vanagloria, agradece. Ahora sí que a René le salió bien su escorpión, y su aguijonazo nos inyectó el “veneno” de la humanidad.
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domingo, 28 de marzo de 2010

NO ES MI PROBLEMA!!


Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó, qué tipo de comida podía haber allí. Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones.

Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos: -"Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!"

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y dijo: -"Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más no me perjudica en nada, no me incomoda."

El ratón fue hasta el cordero y le dice: -"Hay una ratonera en la casa, una ratonera!"

-"Discúlpeme Sr. Ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones."

El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le dijo: -"Pero acaso, estoy en peligro? Pienso que no" dijo la vaca.

Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente picó a la mujer. El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre.

Todo el mundo sabe que para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa.

El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla.

Para alimentarlos, el granjero mató el cordero.

La mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que como no es tuyo, no le prestas atención... piénsalo dos veces.

El que no vive para servir, no sirve para vivir.

Envió: Fray Fernando Rodríguez
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viernes, 26 de marzo de 2010

¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante los terribles escándalos de la Iglesia?

¿Cuál debe ser nuestra respuesta ante los terribles escándalos de la Iglesia?
Homilía del sacerdote Franciscano P. Roger J. Landry, pronunciada en la Parroquia del Espíritu Santo en Fall River, MA (Estados Unidos)
Autor: P. Roger J. Landry | Fuente: Texto enviado por Raymundo Trujillo


La nota de ocho columnas de la semana pasada no se la llevó el desfile del Super Bowl ni quién sería el mariscal de campo, ni tampoco el discurso del Presidente al Estado de la Unión hablando de los operativos terroristas en los Estados Unidos. Nada de esto fue la noticia principal. Los encabezados fueron capturados por la muy triste noticia de que algunos sacerdotes en la Arquidiócesis de Boston abusaron de jóvenes a quienes estaban consagrados a servir.

Es un escándalo mayúsculo, uno que muchas personas que durante largo tiempo han tenido aversión a la Iglesia a causa de alguna de sus enseñanzas morales o doctrinales, lo están usando como pretexto para atacar a la Iglesia como un todo, tratando de implicar que después de todo ellos tenían razón. Muchas personas se han acercado a mí para hablar del asunto. Muchas otras hubieran querido hacerlo, pero creo que por respeto y por no querer sacar a relucir lo que consideran malas noticias, se abstuvieron; pero para mí era obvio que estaba en su mente. Y por eso, hoy quiero atacar el asunto de frente. Ustedes tienen derecho a ello.

No podemos fingir como si no hubiera sucedido. Y yo quisiera discutir cuál debe ser nuestra respuesta como fieles católicos a este terrible escándalo. Lo primero que necesitamos hacer, es entenderlo a la luz de nuestra fe en el Señor. Antes de elegir a Sus primeros discípulos, Jesús subió a la montaña a orar toda la noche. En ese tiempo tenia muchos seguidores. Él habló a Su Padre en oración acerca de a quiénes elegiría para que fueran sus doce Apóstoles, los doce que Él formaría íntimamente, los doce a quienes enviaría a predicar la Buena Nueva en Su nombre. Él les dio el poder de expulsar a los demonios. Les dio el poder para curar a los enfermos. Ellos vieron como Jesús obró incontables milagros. Ellos mismos obraron en Su nombre numerosos milagros.

Pero, a pesar de todo, uno de ellos fue un traidor. Uno que había seguido al Señor, uno, a quien el Señor le lavó los pies, que lo vio caminar sobre las aguas, resucitar a personas de entre los muertos y perdonar a los pecadores, traicionó al Señor. El Evangelio nos dice que Él permitió que Satanás entrara en él y luego vendió al Señor por treinta monedas en Getsemaní, simulando un acto de amor para entregarlo. "!Judas," le dijo Jesús en el huerto de Getsemani, "con un beso entregas al Hijo del hombre!" Jesús no eligió a Judas para que lo traicionara.

Él lo eligió para que fuera como todos los demás. Pero Judas fue siempre libre y usó su libertad para permitir que Satanás entrara en él y, por su traición termino haciendo que Jesús fuera crucificado y ejecutado. Así que desde los primeros doce que Jesús mismo eligió, uno fue un terrible traidor. A VECES LOS ELEGIDOS DE DIOS LO TRAICIONAN. Este es un hecho que debemos asumir. Es un hecho que la primera Iglesia asumió. Si el escándalo causado por Judas hubiera sido lo único en lo que los miembros de la primera Iglesia se hubieran centrado, la Iglesia habría estado acabada antes de comenzar a crecer.

En vez de ello, la Iglesia reconoció que no se juzga algo por aquellos que no lo viven, sino por quienes sí lo viven. En vez de centrarse en aquel que traicionó a Jesús, se centraron en los otros once, gracias a cuya labor, predicación, milagros y amor por Cristo, nosotros estamos aquí hoy. Es gracias a los otros once -todos los cuales, excepto San Juan, fueron martirizados por Cristo y por el Evangelio, por el cual estuvieron dispuestos a dar sus vidas para proclamarlo- que nosotros llegamos a escuchar la palabra salvífica de Dios, que recibimos los sacramentos de la vida eterna.

Hoy somos confrontados por esa misma realidad. Podemos centrarnos en aquellos que traicionaron al Señor, aquellos que abusaron en vez de amar a quienes estaban llamados a servir, o, como la primera Iglesia, podemos enfocarnos en los demás, en los que han permanecido fieles, esos sacerdotes que siguen ofreciendo sus vidas para servir a Cristo y para servirlos a ustedes por amor. Los medios casi nunca prestan atención a los buenos "once", aquellos a quienes Jesús escogió y que permanecieron fieles, que vivieron una vida de silenciosa santidad. Pero nosotros, la Iglesia, debemos ver el terrible escándalo que estamos atestiguando bajo una perspectiva auténtica y completa.

El escándalo desafortunadamente no es algo nuevo para la Iglesia. Hubo muchas épocas en su historia, cuando estuvo peor que ahora. La historia de la Iglesia es como la definición matemática del coseno, es decir, una curva oscilatoria con movimientos de péndulo, con bajas y altas a lo largo de los siglos. En cada una de esas épocas, cuando la Iglesia llegó a su punto más bajo, Dios elevó a tremendos santos que llevaron a la Iglesia de regreso a su verdadera misión. Es casi como si en aquellos momentos de oscuridad, la Luz de Cristo brillara más intensamente.

Yo quisiera centrarme un poco en un par de santos a quienes Dios hizo surgir en esos tiempos tan difíciles, porque su sabiduría realmente puede guiarnos durante este tiempo difícil. San Francisco de Sales fue un santo a quien Dios hizo surgir justo después de la Reforma Protestante. La Reforma Protestante no brotó fundamentalmente por aspectos teológicos, por asuntos de fe -aunque las diferencias teológicas aparecieron después- sino por aspectos morales. Había un sacerdote agustino, Martín Lutero, quien fue a Roma durante el papado más notorio de la historia, el del Papa Alejandro VI. Este Papa jamás enseñó nada contra la fe -el Espíritu Santo lo evitó- pero fue simplemente un hombre malvado. Tuvo nueve hijos de seis diferentes concubinas. Llevó a cabo acciones contra aquellos que consideraba sus enemigos. Martín Lutero visitó Roma durante su papado y se preguntaba cómo Dios podía permitir que un hombre tan malvado fuera la cabeza visible de Su Iglesia. Regresó a Alemania y observó toda clase de problemas morales.

Los sacerdotes vivían abiertamente relaciones con mujeres. Algunos trataban de obtener ganancias vendiendo bienes espirituales. Privaba una inmoralidad terrible entre los laicos católicos. Él se escandalizó, como le hubiera ocurrido a cualquiera que amara a Dios, por esos abusos desenfrenados. Así que fundó su propia iglesia. Eventualmente Dios hizo surgir a muchos santos que combatieran esta solución equivocada y trajeran de regreso a las personas a la Iglesia fundada por Cristo.

San Francisco de Sales fue uno de ellos. Poniendo en riesgo su vida, recorrió Suiza, donde los calvinistas eran muy populares, predicando el Evangelio con verdad y amor. Muchas veces fue golpeado en su camino y dejado por muerto. Un día le preguntaron cuál era su postura en relación al escándalo que causaban tantos de sus hermanos sacerdotes. Lo que él dijo es tan importante para nosotros hoy como lo fue en aquel entonces para quienes lo escucharon.

Él no se anduvo con rodeos. Dijo: "Aquellos que cometen ese tipo de escándalos son culpables del equivalente espiritual a un asesinato, destruyendo la fe de otras personas en Dios con su pésimo ejemplo". Pero al mismo tiempo advirtió a sus oyentes: "Pero yo estoy aquí entre ustedes hoy para evitarles un mal aún peor. Mientras que aquellos que causan el escándalo son culpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo -los que permiten que los escándalos destruyan su fe-, son culpables de suicidio espiritual."

Son culpables, dijo él, "de cortar de tajo su vida con Cristo, abandonando la fuente de vida en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía". San Francisco de Sales anduvo entre la gente de Suiza tratando de prevenir que cometieran un suicidio espiritual a causa de los escándalos. Y yo estoy aquí hoy para predicarles lo mismo a ustedes. ¿Cuál debe ser entonces nuestra reacción?

Otro gran santo que vivió en tiempos particularmente difíciles también puede ayudarnos. El gran San Francisco de Asís vivió alrededor del año 1200, que fue una época de inmoralidad terrible en Italia central. Los sacerdotes daban ejemplos espantosos. La inmoralidad de los laicos era aún peor. San Francisco mismo, siendo joven, había escandalizado a otros con su manera despreocupada de vivir. Pero eventualmente, se convirtió al Señor, fundó a los Franciscanos, ayudó a Dios a reconstruir Su Iglesia y llegó a ser uno de los más grandes santos de todos los tiempos. Una vez, uno de los hermanos de la Orden de Frailes Menores le hizo una pregunta. Este hermano era muy susceptible a los escándalos. "Hermano Francisco," le dijo, "¿qué harías tu si supieras que el sacerdote que está celebrando la Misa tiene tres concubinas a su lado?" Francisco, sin dudar un sólo instante, le dijo muy despacio: "Cuando llegara la hora de la Sagrada Comunión, iría a recibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos ungidas del sacerdote."

¿A dónde quiso llegar Francisco? Él quiso dejar en claro una verdad formidable de la fe y un don extraordinario del Señor. Sin importar cuán pecador pueda ser un sacerdote, siempre y cuando tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia -en Misa, por ejemplo, cambiar el pan y el vino en la carne y la sangre de Cristo, o en la confesión, sin importar cuán pecador sea él en lo personal, perdonar los pecados del penitente, Cristo mismo actúa en los sacramentos a través de ese ministro. Ya sea que el Papa celebre la Misa o que un sacerdote condenado a muerte por un crimen celebre la Misa, en ambos casos es Cristo mismo quien actúa y nos da Su cuerpo y Su sangre.

Así que lo que Francisco estaba diciendo en respuesta a la pregunta de su hermano religioso al manifestarle que él recibiría el Sagrado Cuerpo de Su Señor que sus manos ungidas del sacerdote, es que no iba a permitir que la maldad o inmoralidad del sacerdote lo llevaran a cometer suicidio espiritual. Cristo puede seguir actuando y de hecho actúa incluso a través del más pecador de los sacerdotes. ¡Y gracias a Dios que lo hace!
Y es que si siempre tuviéramos que depender de la santidad personal del sacerdote, estaríamos en graves problemas.

Los sacerdotes son elegidos por Dios de entre los hombres y son tentados como cualquier ser humano y caen en pecado como cualquier ser humano. Pero Dios lo sabía desde el principio. Once de los primeros doce Apóstoles se dispersaron cuando Cristo fue arrestado, pero regresaron; uno de los doce traicionó al Señor y tristemente nunca regresó. Dios ha hecho los sacramentos esencialmente "a prueba de los sacerdotes", esto es, en términos de su santidad personal. No importa cuán santos estos sean o cuán malvados, siempre y cuando tengan la intención de hacer lo que hace la Iglesia, entonces actúa Cristo mismo, tal como actuó a través de Judas cuando Judas expulsó a los demonios y curó a los enfermos.

Así que, de nuevo, les pregunto: ¿Cuál debe ser la respuesta de la Iglesia a estos actos? Se ha hablado mucho al respecto en los medios. ¿Tiene la Iglesia que trabajar mejor, asegurándose que nadie con predisposición a la pedofilia sea ordenado? Absolutamente. Pero esto no sería suficiente. ¿Tiene la Iglesia que actuar mejor para tratar estos casos cuando sean reportados? La Iglesia ha cambiado su manera de abordar estos casos y hoy la situación es mucho mejor de lo que fue en los años ochenta, pero siempre puede ser perfeccionada.

Pero aún esto no sería suficiente. ¿Tenemos que hacer más para apoyar a las víctimas de tales abusos? ¡Sí, tenemos que hacerlo, tanto por justicia como por amor! Pero ni siquiera esto es lo adecuado. El Cardenal Law ha hecho que la mayoría de los rectores de las escuelas de medicina en Boston trabajen en el establecimiento de un centro para la prevención del abuso en niños, que es algo que todos nosotros debemos apoyar. Pero ni siquiera esto es una respuesta suficiente ¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, -, como San Francisco de Sales reconoció en 1600 e incontables otros santos han reconocido en cada siglo-, es la SANTIDAD!

¡Toda crisis que enfrenta la Iglesia, toda crisis que el mundo enfrenta, es una crisis de santidad! La santidad es crucial, porque es el rostro autentico de la Iglesia. Siempre hay personas -un sacerdote se encuentra con ellas regularmente, ustedes probablemente conocen a varias de ellas también-, que usan excusas para justificar por qué no practican su fe, por qué lentamente están cometiendo suicidio espiritual. Puede ser porque una monja se portó mal con ellos cuando tenían 9 años. O porque no entienden las enseñanzas de la Iglesia sobre algún asunto particular.

Indudablemente habrá muchas personas estos días -y ustedes probablemente se encontraran con ellas- que dirán: "¿Para qué practicar la fe, para qué ir a la Iglesia, si la Iglesia no puede ser verdadera, cuando los así llamados elegidos son capaces de hacer el tipo de cosas que hemos estado leyendo?" Este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe. Por eso es que la santidad es tan importante. Estas personas necesitan encontrar en todos nosotros una razón para tener fe, una razón para tener esperanza, una razón para responder con amor al amor del Señor.

Las bienaventuranzas que leemos en el Evangelio de hoy son una receta para la santidad. Todos necesitamos vivirlas más. ¿Tienen que ser más santos los sacerdotes? Seguro que sí. ¿Tienen que ser más santos los religiosos y religiosas y dar un testimonio aún mayor de Dios y del Cielo? Absolutamente. Pero todas las personas en la Iglesia tienen que hacerlo, ¡incluyendo a los laicos! Todos tenemos la vocación de ser santos y esta crisis es una llamada para que despertemos.

Estos son tiempos duros para ser sacerdote hoy. Son tiempos duros para ser católicos hoy. Pero también son tiempos magníficos para ser un sacerdote hoy y tiempos magníficos para ser católicos hoy. Jesús dice en las bienaventuranzas que escuchamos hoy: "Bienaventurados serán cuando los injurien, y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes."Yo he experimentado de primera mano esta bienaventuranza, al igual que otros sacerdotes que conozco.

A principios de esta semana, cuando terminé de hacer ejercicio en un gimnasio local, salía yo del vestidor con mi traje negro de clérigo. Una madre, apenas me vio, inmediata y apresuradamente apartó a sus hijos del camino y los protegió de mí mientras yo pasaba. Me miró cuando pasé y cuando me había alejado lo suficiente, respiró aliviada y soltó a sus hijos como si yo fuera a atacarlos a mitad de la tarde en un club deportivo.

Pero mientras que todos nosotros quizá tengamos que padecer tales insultos y falsedades por causa de Cristo, de hecho debemos regocijarnos. Es un tiempo fantástico para ser cristianos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar Su verdadero rostro. En tiempos pasados en Estados Unidos, la Iglesia era respetada. Los sacerdotes eran respetados. La Iglesia tenía reputación de santidad y bondad. Pero ya no es así. Uno de los más grandes predicadores en la historia estadounidense, el Obispo Fulton J. Sheen, solía decir que él prefería vivir en tiempos en los que la Iglesia sufre en vez de cuando florece, cuando la Iglesia tiene que luchar, cuando la Iglesia tiene que ir contra la cultura.

Esas épocas para que los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres dieran un paso al frente y contaran. "Hasta los cadáveres pueden flotar corriente abajo," solía decir, señalando que muchas personas salen adelante fácilmente cuando la Iglesia es respetada, "pero se necesita de verdaderos hombres, de verdaderas mujeres, para nadar contra la corriente." ¡Qué cierto es esto!

Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para mantenerse a flote y nadar contra la corriente que se mueve en oposición a la Iglesia. Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para reconocer que cuando se nada contra la corriente de las críticas, estamos más seguros que cuando permanecemos adheridos a la Roca sobre la que Cristo fundó su Iglesia. Este es uno de esos tiempos. Es uno de los grandes momentos para ser cristianos.

Algunas personas predicen que en esta región la Iglesia pasará tiempos difíciles y quizá sea así, pero la Iglesia sobrevivirá, porque el Señor se asegurará de que sobreviva. Una de las más grandes réplicas en la historia sucedió justamente hace unos 200 años. El emperador francés Napoleón engullía con sus ejércitos a los países de Europa con la intención final de dominar totalmente el mundo.

En aquel entonces dijo una vez al Cardenal Consalvi:
"Voy a destruir su Iglesia" El Cardenal le contestó: "No, no podrá". Napoleón, con sus 150 cm. de altura, dijo otra vez: "¡Voy a destruir su Iglesia!" El Cardenal dijo confiado: "No, no podrá.! Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!"
Si los malos Papas, los sacerdotes infieles y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior -le estaba diciendo implícitamente al general- ¿cómo cree que Ud. va a poder hacerlo?

El Cardenal apuntaba a una verdad crucial. Cristo nunca permitirá que Su Iglesia fracase. El prometió que las puertas del infierno no prevalecerían sobre Su Iglesia, que la barca de Pedro, la Iglesia que navega en el tiempo hacia su puerto eterno en el cielo, nunca se volcará, no porque aquellos que van en ella no cometan todos los pecados posibles para hundirla, sino porque Cristo, que también está en la barca, nunca permitirá que esto suceda. Cristo sigue en la barca y Él nunca la abandonará.

La magnitud de este escándalo podría ser tal, que de ahora en adelante ustedes encuentren difícil confiar en los sacerdotes de la misma manera como lo hicieron en el pasado. Esto puede suceder y podría no ser tan malo. ¡Pero nunca pierdan la confianza en el Señor! ¡Es Su Iglesia! Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicionado, Él llamará a otros que serán fieles, que los servirán a ustedes con el amor que merecen ser servidos, tal como ocurrió después de la muerte de Judas, cuando los once Apóstoles se pusieron de acuerdo y permitieron que el Señor eligiera a alguien que tomara el lugar de Judas y escogieron al hombre que terminó siendo San Matías, quien proclamó fielmente el Evangelio hasta ser martirizado por él.

¡Este es un tiempo en el que todos nosotros necesitamos concentrarnos aún más en la santidad! ¡Estamos llamados a ser santos y cuánto necesita nuestra sociedad ver ese rostro hermoso y radiante de la Iglesia! Ustedes son parte de la solución, una parte crucial de la solución. Y cuando caminen al frente hoy para recibir de las manos ungidas de este sacerdote el Sagrado Cuerpo del Señor, pídanle a Él que los llene de un deseo real de santidad, un deseo real de mostrar Su autentico rostro.

Una de las razones por las que yo estoy aquí como sacerdote para ustedes hoy es porque siendo joven, me impresionaron negativamente algunos de los sacerdotes que conocí. Los veía celebrar la Misa y casi sin reverencia alguna dejaban caer el Cuerpo del Señor en la patena, como si tuvieran en sus manos algo de poco valor en vez de al Creador y Salvador de todos, en vez de a MI Creador y Salvador. Recuerdo haberle dicho al Señor, reiterando mi deseo de ser sacerdote: "¡Señor, por favor, déjame ser sacerdote para que pueda tratarte como Tú mereces!" Eso me dio un ardiente deseo de servir al Señor.

Quizá este escándalo les permita a ustedes hacer lo mismo. Este escándalo puede ser algo que los conduzca por el camino del suicidio espiritual o algo que los inspire a decir, finalmente, "Quiero ser santo, para que yo y la Iglesia podamos glorificar Tu nombre como Tú lo mereces, para que otros puedan encontrarte en el amor y la salvación que yo he encontrado." Jesús está con nosotros, como lo prometió, hasta el final de los tiempos. Él sigue en la barca. Tal como a partir de la traición de Judas, Él alcanzo la más grande victoria en la historia del mundo, nuestra salvación por medio de Su Pasión, muerte y Resurrección, también a través de este episodio Él puede traer y quiere traer un nuevo renacimiento de la santidad, para lanzar unos nuevos Hechos de los Apóstoles en el siglo XXI, con cada uno de nosotros -y esto te incluye a TI- jugando un papel estelar.

Ahora es el tiempo para que los verdaderos hombres y mujeres de la Iglesia se pongan de pie. Ahora es el tiempo de los santos. ¿Cómo vas a responder tú?
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martes, 23 de marzo de 2010

¿Quién secuestró a los maestros? 4a parte (de las ideologías marxistas en la pedagogía moderna)

Las clases dirigentes y sus intelectuales son el enemigo a identificar. Contra ellos deben ser creados una nueva cultura y un nuevo proceso educativo
Autor: Lucrecia Rego de Planas | Fuente: Catholic.net


IV. LAS IDEOLOGÍAS QUE ESTÁN DETRÁS DEL NUEVO SISTEMA EDUCATIVO

Las ideas prácticas del constructivismo fueron desarrolladas por Jean Piaget (1896-1980) y John Dewey (1859-1952) quienes son la cara amable y aparentemente inofensiva de las ideologías que hay detrás de él.

Las ideas teóricas en las que se fundamenta el constructivismo y las estrategias para su implementación en el sistema escolar no son de Dewey ni de Piaget. Los verdaderos creadores ideológicos del nuevo sistema educativo son Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) (Ilustración francesa), Francisco Ferrer (masonería española), Herbert Marcuse (1898-1979) y Antonio Gramsci (1891-1937) (revolución cultural marxista).

Haré sólo un resumen de sus ideas y su incidencia en el sistema educativo actual, pues el análisis profundo requeriría de un estudio largo, que no entra dentro de los objetivos de este escrito.

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) “EL NIÑO ES BUENO POR NATURALEZA”

Filósofo y escritor francés, enemigo de la Iglesia y vinculado fuertemente a la masonería de su tiempo. En su obra “Emilio, el hombre nuevo” que fue ampliamente difundida durante los años previos a la Revolución francesa, presenta a Emilio, un personaje que, logrando liberarse de todos sus valores y principios, hace suya la voluntad del pueblo. En su obra, Rousseau repite una y otra vez la idea de que el hombre es bueno por naturaleza, que todos los impulsos naturales son buenos, que no hay que tener prejuicios, ya que el mal proviene del orden social y no de los actos del hombre.

A todas luces podemos ver que las ideas de Rousseau son erróneas (ya lo he explicado en otro documento [1]) pues al afirmar que el hombre es bueno por naturaleza se niega la naturaleza misma del hombre, herida por el pecado original, que tiende al pecado y a la concupiscencia, pero... nuestros pedagogos no se han fijado en ello y, creyéndole a Rousseau en lugar de a Dios, han decretado que nuestros niños aprenderán espontáneamente si se les deja libres en un ambiente adecuado.

Ya vemos los resultados de haberlos dejado sueltos (totalmente sueltos) en ambientes hermosos: niños flojos, insolentes, irrespetuosos, violentos, sin deseos de aprender, sin capacidad de comprometerse... Nunca como ahora se dan las faltas de respeto a los docentes, el acoso entre iguales, la violencia escolar y la indiferencia ante el saber.

Pero... nuestro nuevo sistema educativo dice que “proveerá a los alumnos del ambiente adecuado para que aprendan a aprender de manera espontánea”

Francisco Ferrer (1859-1909) LA ESCUELA MODERNA. “AMBIENTES Y COMPETENCIAS”

Español, perteneciente a los más altos grados de la masonería en Barcelona. Fundador de la Escuela Moderna, en donde por primera vez se habla de “ambientes y competencias”; de “dejar que el niño descubra el saber por sí mismo”; de “no calificaciones”; de “el maestro como compañero de camino”. Es muy interesante leer su vida, conocer su experiencia y las motivaciones que lo impulsaron a fundar la Escuela Moderna, pues explica mucho de lo que se quiere implementar (o ya se ha implementado) en las nuestras.
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/pedagogia/escuelamoderna/indice.html

Herbert Marcuse (1898 -1979) PRAXIS REVOLUCIONARIA DESDE LAS ESCUELAS... A TRAVÉS DE LA PSICOLOGÍA

Psicólogo marxista, alemán, miembro de la escuela de Frankfurt. Su tesis marxista dice que el cambio revolucionario puede venir solamente si proviene de una elite alienada como los estudiantes. Promueve la transformación del concepto tradicional de las instituciones (familia, escuela, matrimonio, empresa, etc.), una critica radical a la cultura basada en el progreso y una liberación de toda atadura moral. De la aplicación de sus ideas se derivó en gran parte el movimiento estudiantil del 68. Ahora sus ideas han influido en nuestras escuelas a través de las corrientes psicológicas y la “liberación de ataduras morales”, obteniendo una generación de estudiantes rebeldes e irrespetuosos contra las autoridades. Una permanente generación del 68. Eso es lo que busca Marcuse: la lucha de clases dentro de las escuelas, la rebelión del grupo alienado.


Antonio Gramsci (1891-1937) LA HEGEMONÍA MARXISTA DESDE LA ESCUELA

Pensador marxista, nacido en Cerdeña, Italia. Ya también he hablado extensamente de él en otros documentos [1]. Desde sus Cartas y Cuadernos desde la Cárcel marca las pautas que deberán seguir los marxistas para instaurar el socialismo en los países latinos. Él dijo que se tardarían 80 años en conseguirlo. Hace 80 años que murió Gramsci y... ya lo están logrando.

Su lema es: “Adueñarnos del mundo de las ideas, para que las nuestras, lleguen a ser las ideas del mundo”

La metodología que marca Gramsci para la revolución cultural marxista (en general), se puede resumir en los siguientes pasos:

  • 1) Desacreditar todo lo tradicional (por todos los medios posibles)

  • 2) Inventar una doctrina nueva para suplantar a la anterior

  • 3) Infiltrarse en la superestructura (Iglesia, Educación, Medios, Economía, etc.) para seguir desacreditando lo antiguo y fortalecer el nuevo pensamiento desde dentro

  • 4) Legalizar todo lo anterior (convertirlo en Ley)

  • 5) Tomar el gobierno


  • En el plano de la educación, Gramsci veía con desagrado que en Italia existían dos clases de escuelas: una, humanista, para la clase “pudiente” y otra, técnica, para la clase obrera. Los estudiantes de las escuelas humanistas, con acceso al estudio de la Filosofía, se convertían en la clase intelectual que era la que tenía el poder y ocupaba los altos puestos en la super-estructura . Los intelectuales eran los que fungían como maestros de los obreros en las escuelas técnicas.

    A Gramsci esto le parecía totalmente injusto, por dos cosas principalmente:

    - Le parecía mal que los intelectuales tuvieran el poder y no la clase obrera que era la que, según él, debía tenerlo, por ser la más numerosa.

    - Le parecía injusto que los hijos de los obreros se vieran obligados a estudiar en las escuelas técnicas para obreros, pues los predestinaba a ser siempre obreros, como sus padres. Un hijo de obrero jamás tendría la oportunidad de ascender a la clase intelectual.

    La única manera de que la clase obrera, el proletariado, tome el gobierno, es acabar con la clase intelectual

    Para lograrlo, Gramsci propone, resumidamente, dar los siguientes pasos en el campo educativo:
  • 1. Desacreditar por todos los medios el sistema educativo vigente

  • 2. Inventar una nueva teoría educativa y enseñársela a algunos de los suyos para que ellos se conviertan en educadores de los educadores actuales.

  • 3. Instaurar la Escuela Única, la misma para todos, ricos y pobres, con los mismos planes de estudio, de modo que no existan niños que tengan oportunidad de aprender más que otros. Para esto habrá que igualar el plan de estudios en todas las escuelas e igualar las edades en cada grado.

  • 4. Hacerlo deseable en todos los países, mediante certificaciones nacionales e internacionales, de maestros y de programas.

  • 5. Legislarlo. Hacerlo obligatorio desde el gobierno.


  • Se puede ver claramente como nuestros modernos pedagogos han ido dando todos los pasos propuestos por Gramsci:
  • 1. Desacreditando a los maestros y sistemas tradicionales.

  • 2. Inventando la “pedagogía“ y convirtiéndose en educadores del educador a través de las “jornadas pedagógicas”

  • 3. Imponiendo el “Currículum Estandarizado” para todas las escuelas

  • 4. Inventando certificaciones como el Certificado de Actualización Pedagógica, el College Board, la Prueba Enlace, etc.

  • 5. Subiéndolo al aparato legislativo, para hacerlo obligatorio.



  • Gramsci escribió muchas cosas más acerca de la educación que terminan de redondear su plan, sin dejar grieta alguna, para adueñarse del sistema educativo con el fin de instaurar el socialismo.

    Pongo solamente algunas de ellas, pero invito al lector a conocerlas con detalle en los Cuadernos y Cartas desde la Cárcel, para tomar plena conciencia del problema:

    Así es, textualmente, como expresa Gramsci sus objetivos (los textos en itálica son citas textuales de sus cuadernos desde la cárcel):

    “Las clases dirigentes y sus intelectuales son el enemigo a identificar. Contra ellos deben ser creados una nueva cultura y un nuevo proceso educativo”

    “Para que esto se concretice, hay que disolver las diferencias entre intelectuales y masa, entre teoría y práctica. De esta manera se generará una cohesión sociocultural, que imperiosamente promoverá una nueva filosofía de vida, de esa manera, cualquier ciudadano tendrá las mismas posibilidades de acceder a los cargos gubernamentales.”

    Acerca de esta “nueva filosofía” (una forma homogénea de pensar para todo el mundo) estrictamente necesaria para los planes de Gramsci, él propone difundir la idea de que “todo hombre es un filósofo” y promover en las escuelas la participación activa de todos los alumnos con sus pensamientos, que deberán ser tomados con la misma importancia que los pensamientos del maestro, quedando reducida la filosofía antigua a la nada.

    "Es preciso destruir el prejuicio muy extendido de que la filosofía es algo sumamente difícil por tratarse de una actividad propia de determinada categoría especialista de letrados o caracterizados filósofos profesionales... es necesario demostrar que todos los hombres son filósofos... de la filosofía espontánea característica de todo el Mundo."

    “Para eliminar la diferencia de clases, la cultura no deberá ser ya entendida como un conocimiento enciclopédico. Los hombres no deben verse como "receptáculos de datos", pensando que los que poseen más información son superiores a los más desprovistos de ella. La Nueva Educación para las Masas deberá ser una educación simple, humana, adecuada a las clases populares; sin muchos contenidos, es decir, un tipo de conocimiento que se desprenda de las necesidades, de los deseos, de los derechos y los deberes de la gente a la cual va dirigida.”

    "El que una masa de hombres sea inducida a pensar sobre el presente real con cohesión dentro de una cierta unidad, es un hecho `filosófico´ más importante y `original´ que la revelación de una nueva verdad por el `genio´ filosófico, revelación que quede como patrimonio de pequeños grupos de intelectuales."

    Gramsci sugiere que, para nivelar los conocimientos de las clases, la escuela Primaria sea activa (que el niño descubra los conocimientos por sí mismo) y la Secundaria creativa y que el maestro sólo sea un guía que no imponga sus ideas a los alumnos:

    “El proceso educativo para alcanzar la igualdad social, debe ser gradual, destacándose en los primeros años de estudio un carácter activo y estimulante de la disciplina para el aprendizaje y la libertad.

    Se está persuadido de que una verdad es fecunda sólo cuando se ha hecho un esfuerzo por conquistarla, que ella no existe en sí y por sí, sino que ha sido una conquista del espíritu, que en cada individuo es preciso que se reproduzca aquel estado de ansiedad que ha atravesado el estudioso antes de alcanzarla.

    En una segunda etapa, la escuela activa debe dejar paso a la escuela creativa. La primera tiene por principal fin nivelar los conocimientos, la segunda, debe promover la asunción de una personalidad autónoma y creativa.”


    Gramsci promueve repetidamente la idea del “maestro-compañero”, pues es algo indispensable para acabar con las diferencias de clase. El que sabe y el que no sabe, deben ser iguales y tomados en cuenta de igual manera:

    “Para ello el maestro debe erigirse en un guía que oriente los aprendizajes ya que el niño no es un recipiente mecánico y pasivo, sino por el contrario se lo debe tratar como un ser activo. En la escuela única se dará una verdadera relación horizontal entre los educadores-educandos. Nadie aprende lo que no le interesa. El educador tiene que averiguar con el alumno cuáles son sus problemas y sobre éstos discutir; el maestro no es otra cosa que un compañero de viaje que posee mayor experiencia, pero tendrá que reflexionar sobre la problemática del alumno.

    El problema de la educación constituye el máximo problema de clase, por lo que en la nueva cultura se deben visualizar las relaciones educativas, no como relaciones de dominio, como hasta ahora ha sido, sino como verdaderas relaciones educativas, donde "nadie educa (para dominar) a nadie".


    Gramsci prevé también que pueden existir mentes más brillantes que se le pueden salir de control y recomienda tenerlos observados:

    “¡Los intelectuales que la clase forma pueden en cualquier momento volverse contra ella misma! Por esto, resultará indispensable detectarlos y ganarlos para el sistema, antes de que se conviertan ellos mismos en líderes intelectuales que vuelvan a caer bajo la influencia de viejas ideologías y acaben con la igualdad”

    A nuestros niños nos los tienen bien observados y clasificados a través de las pruebas Enlace, College Board y otras similares o equivalentes en los diferentes países. Con esos exámenes, tienen el nombre, el apellido y la escuela de cualquiera que, por su inteligencia o capacidad matemática y lingüística, pueda convertirse en un líder que se oponga a sus fines.

    Gramsci prevé también, que habrá personas que no aceptarán fácilmente el desprenderse de una alta cultura para adecuar a toda la población a una cultura igualitaria y dice lo siguiente:

    “Debemos despistar a los imbéciles. Ellos no aceptarán el concepto de “conformismo cultural” que es necesario para lograr la igualdad de clases. A ellos les hablaremos de “especialización”. Así estarán conformes con recibir una enseñanza única y general, con la promesa de especializarse después en algo concreto”

    Mantenerlos maleables, manipulables, con la mínima formación para que sean incapaces de analizar un todo completo. El hombre “especializado” en algo, se convierte en un ciego para el resto de las realidades ajenas a su especialización y podrá llevársele hacia donde uno quiera.

    Alguno me dirá que esto parece un cuento de terror. ¡Ojalá que así fuera! Pero no es un cuento. Es la realidad que estamos viviendo en nuestras escuelas.

    Nosotros, padres y madres de familia católicos, que tanto esmero pusimos por que no triunfara el gobierno socialista en nuestro país... hemos dejado que la ideología marxista se haya adueñado de la educación de nuestros hijos.

    ¡Qué Dios nos ayude!



    CONCLUSIÓN Y PAUTAS DE ACCIÓN

    ¿Qué podemos hacer ante esta situación?

    Pues... antes que nada, concientizar a los padres de familia y a los mismos directores de escuela de la manipulación marxista de la cual hemos sido objeto a través de los slogans de las “nuevas técnicas de enseñanza”.

    Concientizar a nuestros hijos de que ellos pueden y deben aprender muchas más cosas interesantes de las que ahora les enseñan en la escuela. Suplir en casa, dentro de nuestro alcance, los conocimientos que no les están dando en la escuela. Hacerlos concientes de que en la escuela están pretendiendo idiotizarlos para mantenerlos incultos y manipulables. Fomentar en ellos el deseo de aprender y los hábitos de lectura y estudio sistemático. Hacerlos concientes de que ellos son responsables de sus actos, que no es el ambiente, la escuela, sus papás o sus hermanos los culpables de lo que a ellos les sucede. Que sepan afrontar con responsabilidad sus deberes y obligaciones.

    También para los hijos... una receta muy antigua: Ayudarlos a que adquieran las virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza. La Prudencia les ayudará a hablar cuando deben hablar y podrán así defenderse de la manipulación. La Justicia les ayudará a exigir de sus maestros una buena enseñanza, pues es lo que les corresponde recibir. La Fortaleza les ayudará a superar los obstáculos que se les presenten, cuando el logro de sus metas e ideales les represente un gran esfuerzo. La Templanza les ayudará a ser firmes en sus propósitos, siempre, cuando las circunstancias les sean favorables y cuando no lo sean.

    En segundo lugar, debemos rescatar a todos los buenos maestros que han quedado enterrados debajo de las cenizas y escombros de la pedagogía moderna. Existen muchas personas buenas que saben enseñar y quieren enseñar. Personas que conocen y aman el arte de educar a un niño. Hay que regresarlas a las escuelas.

    Y... a los maestros actuales (ya ideologizados con la pedagogía moderna), ayudarles a salir de ahí, ayudarles a quitarse de encima el polvo, dándoles a conocer los métodos educativos de los grandes pedagogos (San Juan Bosco, Jean Claude Colín, Champagnat, etc.). Que los conozcan, los estudien y los asimilen, para que sean concientes de la trascendencia de su misión como educadores.

    Por último... orar, orar mucho, para que Dios nos conceda las gracias que necesitamos en estos momentos. Sin Él, nada podemos hacer.

    Es lo que a mí se me ocurre. Supongo que a otros se les ocurrirán cien mil acciones más... en los medios, en los gobiernos, en las instituciones. Creo que cualquier cosa que hagamos será mucho mejor que no hacer nada.

    Que Dios les llene de bendiciones

    Lucrecia Rego de Planas
    Dirección
    Catholic.net
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