Mostrando entradas con la etiqueta comodida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta comodida. Mostrar todas las entradas

miércoles, 31 de agosto de 2011

Es tiempo de seguir adelante


Las tentaciones no dejaron de desafiar a Jesús después de su prueba de 40 días en el desierto. Encontramos una de esas tentaciones en la lectura del Evangelio de hoy. ¿La puedes reconocer? Fue una tentación sutil, pero muy significativa.
Después de que fue rechazado en Nazaret, él llegó a ser enormemente popular en Cafarnaúm. Las personas le pidieron que permaneciera allí, porque ellos querían más de lo que él debía darles. ¿Se los debería dar? Eso ciertamente parecería la cosa más fácil y logica que debía de hacer. Además, su ministerio podía prosperar allí, ya que él era querido por todos. Era fácil, cómodo y él estaba familiarizado con la comunidad. Había más posibilidades de que algo se pudiera lograr allí. La ubicación era ideal, porque Cafarnaúm era un puerto comercial popular y muchas personas pasaban por allí en su rumbo para varios lugares, y ellos podían dar a conocerlo por muchas partes.

El Espíritu Santo le dio un codazo durante su tiempo de oración y le dijo: Es tiempo de seguir adelante.
Qué fácil y bueno es permanecer donde somos aceptados, donde nos sentimos necesitados y queridos, donde nos aprecian. Se siente tan bien que ni siquiera le preguntamos al Espíritu Santo si en realidad es la voluntad de Dios que permanezcamos en el mismo lugar y en el mismo ministerio. Si él nos da un codazo para que hagamos un cambio, no lo creemos porque no tiene sentido. Y por lo tanto nos detenemos de seguir hacia delante.
Permanecemos en nuestros trabajos actuales, aun cuando Dios tiene algo mejor en mente. Permanecemos en la misma Pequeña Comunidad Cristiana, aun cuando Dios quiere que crezcamos en liderazgo y empecemos un nuevo grupo para que más personas puedan unirse.
Permanecemos donde es fácil y familiar, aun cuando Dios trata de dirigirnos hacia un nuevo crecimiento y niveles más altos de confianza.
Permanecemos donde nuestros egos son acariciados, aun cuando la caminata humilde de la santidad significa alejarnos de los que nos conocen y nos aprecian, para que podamos conocer y dar ministro a nuevas personas.
Si has estado cómodo con algo por mucho tiempo - especialmente un ministerio - probablemente Dios te está invitando a seguir hacia delante y aún más allá. ¿Dirás que sí a seguir a Jesús a dondequiera que él te dirija? ¿Aun cuando no tenga sentido ni se sienta fácil?
Hay una un lema que cuelga en la pared de la oficina de Los Ministerios de Las Buenas Nuevas que dice: "Jesús dirige, la Gracia provee". Explica cómo hemos podido experimentar el crecimiento inmenso de lectores del año pasado.
Dios no nos que pide que abandonemos todo y a todos los que dejamos atrás cuando aceptamos el camino hacia el cambio. (Jesús regreso a Cafarnaúm una y otra vez.) Pero permaneciendo donde estamos, hacemos generalmente el mismo tipo de bien; avanzando hacia delante y más allá, hacemos por la gracia de Dios, mucho más bien de lo que pudiéramos imaginarnos.


Reflexión de Las Buenas Nuevas
Miércoles de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario
31 de agosto, 2011
Sigue leyendo