jueves, 27 de agosto de 2009

¿Tenía o no razón?


Mucho se habló en su día de las palabras del Papa Benedicto XVI sobre el uso del preservativo. Se llenaron páginas de periódicos, comentarios en programas televisivos y foros de discusión. La mayoría, como bien sabemos, se decantaron por la consternación, el escándalo o, incluso, el rechazo ante una doctrina que parecía retrógrada e intransigente. Ha pasado el tiempo y he caído en la tentación de retomar este tema. Y lo hago por un sentido de filial justicia hacia el Papa, pues, como católico, es lo que deberíamos haber hecho todos.

Presento a continuación no sólo opiniones, sino hechos concisos, que espero puedan valorar la actitud del Romano Pontífice:

1) En el pasado mes de junio, la Unión Europea instó al gobierno de Zambia a colaborar con la Iglesia católica en la divulgación de información sobre la abstinencia y la fidelidad para reducir el número de contagios de SIDA en ese país. Desde hace años, la Iglesia ha luchado por implantar el así llamado “ABC program”, que tan buenos resultados ha dado en otros países.

2) Como para avalar esto, se suma el estudio presentado por Provida.es en España, en donde mostraba cómo en los países africanos con mayor porcentaje de católicos disminuían portentosamente los afectados por el Sida (los dos polos presentados son Ruanda, con un 47 por ciento de católicos y sólo el 2,8 por ciento del país con esta enfermedad; y Botswana, con un 4 por ciento de católicos y el 24,9 de su población con Sida).

3) Revistas de nivel científico, como Science o PEDIATRIC, han reconocido que la religiosidad ayuda a la permanencia en la abstinencia y la fidelidad sexuales, y que, por lo mismo, han logrado un descenso en los embarazos no deseados y en la transmisión de enfermedades venéreas.

4) El estudioso Edward Green, profesor de la Universidad de Harvard, (no católico), afirmó en una entrevista concedida al semanario italiano Tempi (www.tempi.it) que las razones que el Papa presentó son básicamente ciertas y que el uso del profiláctico no es seguro. Invito a leer su ensayo, publicado en la página arriba citada, pues no tiene desperdicio.

Espero que estos cuatro hechos y estudios ayuden a los que leen estas líneas a reflexionar y darse cuenta que, en ocasiones, es fácil opinar emocionalmente en ciertas situaciones. No obstante, como bien decía un dicho latino, "Contra facta, non sunt argumenta": «contra los hechos, no hay argumentos».
Por Juan Antonio Ruiz J., L.C.
Con datos de Infocatólica, 18-08-2009, Provida.es 03-06-2009 y Tempi, 21-09-2009

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